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Balza defiende la retirada de los escoltas a tres mujeres maltratadas

El consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, justificó ayer en el Parlamento de Gasteiz la decisión de retirar la escolta a tres mujeres maltratadas. Según el consejero, estas mujeres ya no están sometidas a un «riesgo especial». Las afectadas habían denunciado que en alguno de los casos se habían dado varios quebrantamientos de las órdenes de alejamiento, circunstancia que Balza dijo desconocer.

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Txotxe ANDUEZA |

El consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, compareció ayer en la Comisión de Mujer del Parlamento de Gasteiz para responder a las preguntas del PP sobre la decisión tomada por la Ertzaintza de retirar la escolta a tres mujeres que han sido víctimas de malos tratos por parte de sus ex parejas.

Balza respaldó esta decisión, y dijo desconocer la circunstancia denunciada por las víctimas de la existencia de diversos quebrantamientos de la orden de alejamiento. Sin embargo, siguió defendiendo el sistema de evaluación que su Departamento utiliza para valorar la necesidad o no de la protección por parte de escoltas.

El pasado mes de febrero, la Asociación contra la Violencia Doméstica y en Defensa del Menor (Acovidem) denunció la retirada de escoltas a tres mujeres guipuzcoanas en riesgo de volver a ser agredidas por sus parejas. Aseguraron que no ha habido cambios en sus situaciones personales que justifiquen el cambio de medidas de protección por parte de la Ertzaintza.

Exhaustivo y contrastado

El consejero del Interior calificó de «exhaustivo y contrastado» el sistema de valoración que utiliza la Ertzaintza para decidir las medidas de protección a adoptar en el caso de las mujeres sometidas a violencia de género. Además, añadió que la Ertzaintza es pionera en el Estado español en este tipo de protocolos, porque tiene un «compromiso por encima de las exigencias legales y de las decisiones judiciales». A pesar de ello, de los cientos de valoraciones de riesgo que se realizan, según Balza, «sólo algunas llevan un servicio de escolta». En concreto, en la CAV son 16 las mujeres que cuentan ahora con este tipo de medidas de protección.

Balza dijo que como en otros casos, a las tres mujeres a quienes ahora se ha retirado la escolta, se les impuso esta medida «pese a que no existía ninguna orden judicial». Y la retirada fue, añadió, resultado de la aplicación del sistema de evaluación de riesgos de la Ertzaintza «en cuatro ocasiones en tres meses». Y ello porque, según el consejero, «ya no tenían riesgo especial, por lo que se les aplicaron las medidas de seguridad correspondientes a su nuevo estadio de riesgo».

Tras negar que se retiraran los escoltas por razones que no fueran las «nuevas circunstancias personales», y que «no se abandona a las víctimas», Balza anunció que investigarán si es cierto que ha habido incidentes de quebrantamiento de las órdenes de alejamiento y «si alguien ha hecho mal su trabajo». Si es así, aseguró que se volverán a valorar los casos.

«El mecanismo está fallando»

Sonia Franco es una de las tres mujeres a las que el pasado mes de febrero se les retiró la escolta. Como denunciara el pasado mes en la rueda de prensa de Acovidem, se pregunta qué es lo que ha cambiado, porque asegura que tanto su situación como lo que conoce de las situaciones de las otras dos mujeres implicadas, es la misma. En su caso, dice que no le sirve el argumento de que su agresor se ha sometido a un tratamiento de deshabituación de las drogas y el alcohol, «porque ya se sabe que algunos se apuntan a cualquier cosa para salir de la cárcel».

Pero, sobre todo, subraya que la Ertzaintza y Balza nieguen tener noticia de los dos partes por quebrantamiento de la orden de alejamiento que su escolta hizo y comunicó a la Ertzaintza en abril y mayo del año pasado. Unos meses después, en noviembre, intentaron retirarles la protección, a lo que se negaron por escrito, «y la siguiente noticia fue en febrero cuando nos dijeron, a la otra mujer de Acovidem y a mí, que nos retiraban los escoltas».

Sonia Franco, a quien tras la denuncia pública han puesto contravigilancia, pero que sabe que al menos otra de las mujeres a las que se quitó la escolta no tiene en estos momentos medida de protección alguna, cree que Lakua se ha equivocado, y espera que, dejando a lado intereses políticos, rectifique. «Es posible que Balza esté enfadado porque hemos hecho la denuncia públicamente, pero no te quiero decir lo enfadadas que estamos nosotras en la situación por la que estamos teniendo que pasar», añade.

Finalmente, anuncia que intentarán comparecer también en el Parlamento, para informar sobre su caso, «porque aunque carecemos de información sobre el sistema de valoración que utilizan, está claro que el mecanismo está fallando y que no se pueden hacer valoraciones tan frías y tan sistemáticas de situaciones tan diferentes como las que estamos viviendo».

Denuncia de una grave agresión en Ondarroa

La comisión gestora de Ondarroa ha convocado para las doce del mediodía de hoy, en la Alameda, una concentración para denunciar la violencia que se ejerce contra las mujeres, después de que un vecino de la localidad fuera detenido el domingo por agredir a su mujer, intentando asfixiarla con el cable del teléfono, y todo ello en presencia de sus tres hijos menores de edad.

La agresión se produjo, según denunció la víctima, a primeras horas de la mañana del domingo, cuando el marido regresó a casa «en estado ebrio» y se desató una discusión entre ambos. La disputa dio paso a las agresiones, cuando él «la emprendió a puñetazos en la cara» contra la mujer, a la que agarró del cuello apretándola con el cable del teléfono, hasta que ésta cayó al suelo «casi sin conocimiento». Esta situación cambió sólo cuando la hija menor avisó que había alertado a la Ertzaintza.

Los miembros de este cuerpo policial encontraron a la víctima «con hematomas en la cara, el labio abierto y una marca lineal en el cuello producida, presuntamente, por el cable telefónico». En cuanto al agresor, estaba «totalmente alterado» y se resistió «en todo momento» a ser detenido, según la versión policial. La víctima aseguró que hacía tiempo que se venían produciendo este tipo de agresiones, por lo que en alguna otra ocasión ya había presentado denuncia contra su marido.

Los convocantes de la movilización afirman que la violencia contra las mujeres es «una violación inaceptable de los derechos humanos». Para evitar este drama, aseguran, «debemos avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres». Así, anunciaron que seguirán trabajando en la lucha contra la violencia de las mujeres «de la manera que se merece un problema de esta magnitud» y manifestaron su plena solidaridad a las víctimas, poniendo a su disposición los servicios y recursos que pueda necesitar.

Por otra parte, en Santurtzi un hombre fue detenido acusado de propinar a su mujer varios golpes durante una discusión. Ambos habían tenido órdenes de alejamiento, aunque ya estaban prescritas.

Los hechos tuvieron lugar la noche del sábado, durante la cena en un domicilio de esta localidad. La mujer denunció que el marido le había golpeado en la cabeza y en la cara, mientras ella trataba de defenderse. La víctima fue trasladada al hospital de Cruces por una crisis de ansiedad, mientras que el marido presentaba algún rasguño en la cara. GARA

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