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Se juega en Lizarra

Máximas aspiraciones para Akaba e Itxako en la Copa femenina

Las donostiarras, vigentes campeonas, y las navarras, segundas en la liga, luchan desde mañana por llegar a lo más alto en una nueva competición.

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Asier AIESTARAN | DONOSTIA

Akaba Bera Bera e Itxako Navarra afrontan con la máxima ilusión y con más opciones que nunca la Copa femenina de balonmano que se disputa desde mañana hasta el domingo en Lizarra. Se trata de una nueva competición en su ya cargada temporada, pero que supone una gran oportunidad para refrendar en el calorcito de casa la gran labor que ambas escuadras vienen completando hasta el momento.

Y es que tanto las guipuzcoanas como las navarras llegan a la fase final de la Copa en un momento que, como poco, se puede calificar de dulce. Los dos equipos siguen vivos en competición europea, tras lograr el pase para las semifinales de la Recopa, caso de las donostiarras, y de la EHF, en el caso de las de Lizarra. Además, Akaba Bera Bera se proclamó campeón de la Supercopa a finales de febrero, mientras que el Itxako se encuentra metido de lleno en la lucha por el título de liga -está a un punto del líder Elda y empatado con el Sagunto-.

El factor cancha

El hecho de jugar en Lizarra refuerza todavía más las opciones de nuestros dos equipos. El Itxako intentará que el apoyo de su fiel parroquia le dé ese salto de calidad para poder ganar su primer título importante, y el Akaba ya ha asegurado la presencia de muchísimos seguidores guipuzcoanos en las gradas de Lizarerria. Ánimos, desde luego, no les faltarán. Hay que tener en cuenta, además, que de clasificarse los dos equipos vascos en la fase de cuartos de final, se enfrentarán entre sí en la primera semifinal del sábado. Todo un partidazo, sin duda.

El análisis debe comenzar con el conjunto donostiarra, no en vano el Bera Bera es el actual campeón de la Copa. Las pupilas de Reyes Carrere se enfrentan mañana al Balonmano Ro'casa en la primera eliminatoria de cuartos (18.00). Aunque a estos niveles no haya partido fácil, el canario no es el peor equipo que le podía haber tocado al conjunto guipuzcoano. Las grancanarias, uno de los históricos de la categoría con 17 años en la élite, se clasificaron como octavas para la Copa y lo cierto es que no atraviesan su mejor momento de forma. En estos momentos ocupan la novena plaza de la liga con 16 puntos en su casillero.

La gran baza del equipo donostiarra residirá como siempre en su enorme capacidad de dar lo máximo en las competiciones relativamente cortas. Aunque en la Superliga ABF, por ejemplo, nunca han podido conseguir el título final, las de Bidebieta han demostrado en muchas ocasiones que, a un partido, son capaces de ganar a cualquiera. De hecho, ya habían jugado cuatro finales de Copa hasta que el año pasado llegó finalmente la gloria.

De todos modos, Carrere opta por la cautela ante tan importante cita. «Hay que tener mucho ojo. En la primera vuelta ya nos ganaron. Somos un equipo que, sin tener una etiqueta de favorito, tenemos el cartel de `cuidado con estas en las finales'. Ahora somos las campeonas, pero creo que la clasificación liguera es la que que pone a cada uno en su sitio», advierte.

En cuanto al momento de forma de su equipo, Carrere no oculta sus dudas. «Nunca sabes si es mejor llegar tranquilo o cuando estás en crisis. Si nos eliminan a las primeras de cambio dirán que nos ha podido la presión. Durante estas semanas hemos recuperado las energía físicas tras muchos partidos seguidos. Hemos recuperado el oxígeno, pero las dudas sobre si recuperaremos ese nivel de tensión deseado siempre las tienes», afirma la entrenadora.

En cuanto a jugar más o menos en casa, Reyes lo tiene claro. «La cercanía ayuda, siempre. Lizarra es una ciudad cercana, en todos los sentidos. Además, en competiciones cortas, los que tenemos plantillas en teoría más cortas reducimos la desventaja con los clubes más poderosos», recuerda Carrere a la vez que define al Ro'casa como «un equipo tradicional, de toda la vida. Fuerte físicamente».

Los aficionados al balonmano femenino no han olvidado todavía el 1 de abril de 2007, día en el que las donostiarras lograban su primer título al imponerse al Unión Ribarroja por 25-22. Tervel era nombrada mejor jugadora de la competición y Mihaela Ciobanu mejor cancerbera. La primera intentará en esta edición repetir el nivel demostrado hace un año, mientras que la segunda, ahora en las filas del mencionado Ribarroja, se enfrentará al otro equipo vasco.

La gran oportunidad

Precisamente, para Itxako la situación es un poco diferente. Las de Ambros Martín se medirán, también mañana, con el correoso La Unión de Ribarroja en cuartos de final (20.00). Aunque las valencianas no sean aquel temible equipo que lo ganó casi todo en 2006 y 2007, no dejan de ser un rival de muchísimo nivel que ha ganado cuatro Copas en lo que llevamos de década y que ahora mismo ocupa la cuarta plaza en la liga.

No obstante, el gran reto de las navarras no es otro que demostrarse a sí mismas que son capaces de llegar hasta lo más alto. Las de Lizarra ya saben lo que es acabar en tercera posición una fase final de la Copa -lo lograron en 2005- y llegaron a ser cuartas en la liga ese mismo año. Ahora, con una plantilla muy competitiva y con la ventaja de jugar en casa, puede ser el mejor momento para pasar al siguiente nivel.

Para ello deberán neutralizar a un equipo que, tras quedarse fuera de Europa y fuera de la lucha por el título liguero se juega la temporada en la Copa. «Hemos tenido mala suerte con las lesiones y la temporada se ha convertido en una transición para la próxima. Jugar contra Itxako ante su afición decanta el partido hacia su lado», reconocía Gregorio García, técnico del Ribarroja.

Itxako Navarra, por tanto, se encuentra ante su gran oportunidad de ganar un título siempre que sea capaz de convertir la presión en inercia positiva.

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