Zapatero ya es presidente con la «abstención proactiva» del PNV
José Luis Rodríguez Zapatero ya tiene el mando para otros cuatro años. Sólo su partido le apoyó, lo que no tiene precedentes en la historia reciente del Congreso, pero Zapatero aseguró estar «más contento que en 2004». El presidente no tiene duda que contará con apoyos puntuales o globales de otros grupos, incluido el PNV, que presentó su posición como «abstención proactiva» con la que pretende «mantener una puerta abierta a la esperanza».
Ramón SOLA |
Los diputados de PNV y Nafarroa Bai mantuvieron su abstención en la segunda y definitiva votación de investidura de Zapatero, que ya es presidente y hoy mismo dará a conocer su equipo de gobierno. Los jeltzales presentaron su posición, por boca de Josu Erkoreka, como «abstención proactiva».
El diccionario define este término, procedente del ámbito de la sicología, como «la actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida». Pero es más probable que con ello Erkoreka sólo pretendiera diferenciarse de la «abstención activa» propugnada por la izquierda abertzale ante los comicios del 9 de marzo y que tenía un sentido muy diferente y mucho más claro: el plante ante el Estado.
El PNV, por contra, se mostró de nuevo dispuesto a explorar las opciones de acuerdo con el PSOE en el breve debate que precedió a la votación final. Erkoreka presentó su posición como «una contribución a mantener la puerta abierta a la esperanza» y «una mano tendida». Todo ello pese a que Zapatero ha dado portazo a sus demandas de acuerdo con Juan José Ibarretxe, y a que Erkoreka admitió ayer que ni siquiera se fían de un eventual pacto en clave de mero autogobierno porque «sabemos que esos acuerdos terminan en agua de borrajas cuando se acercan al Manzanares».
Desde NaBai, Uxue Barkos también se mantuvo en la abstención. En el escaso tiempo de que disponía ayer se limitó a afirmar que en estos próximos cuatro años habrá ocasión para «encuentros y también desencuentros, pero espero que éstos sean los menos».
Rajoy marca otras prioridades
La sesión final del proceso de investidura no deparó ningún cambio de discurso, pero sí confirmó el nuevo tono en las intervenciones del PP, y también en las prioridades que marca. Su líder, Mariano Rajoy, consideró que «lo más urgente» en este momento es abordar la situación de la economía, la escasez de agua y el bloque que definió como «inmigración, seguridad ciudadana y Justicia».
Rajoy sólo aludió a Euskal Herria posteriormente, cuando indicó a Zapatero que el PP también desea los «acuerdos de Estado» que el líder del PSOE propone, y cuyo único objetivo sería «derrotar a ETA». Fue casi el mismo término empleado por Zapatero en su discurso previo, ya que éste habló de «acabar con ETA». Mariano Rajoy incluyó igualmente su deseo de pactar con el PSOE sobre «el modelo de Estado».
Por lo que respecta al reelegido presidente, se limitó a prometer diálogo para la búsqueda de acuerdos puntuales o estables y dijo que lo practicará con todos los grupos, incluidos los que han votado en contra.
En la votación final, Zapatero se quedó con los 169 votos de sus compañeros del PSOE frente a 158 noes (PP, ERC y Rosa Díez) y a las 23 abstenciones sumadas entre PNV, NaBai, CiU, IU-ICV, BNG y Coalición Canaria.
Zapatero bate dos marcas negativas con su decisión de renunciar a apoyos: es el único elegido en segunda vuelta junto a Calvo Sotelo (1981), y se queda como el menos votado (González le sigue con 176 votos en 1993).
El estadio de euforia en que vive el PSE tras el resultado electoral y su nueva relación con el PNV quedaron en evidencia en las palabras del diputado Miguel Buen tras la investidura de Zapatero. El secretario general del PSE en Gipuzkoa quiso lanzar un mensaje contundente a los jeltzales: «No admitiremos que hable en nombre de todos los vascos. Esos tiempos se han acabado».
En la misma línea, Miguel Buen saludó que Zapatero haya optado por renunciar a apoyos externos y ser elegido sólo con los votos del PSOE en segunda vuelta, porque «supone una ausencia de ataduras del presidente del Gobierno con los nacionalistas, en particular con el PNV». Añadió que «el único compromiso con el nacionalismo vasco es el reconocimiento de la realidad plural de la sociedad vasca, del sistema autonómico vasco y del pluralismo político».
Junto a ello, el líder del PSE en Gipuzkoa se declaró «particularmente orgulloso» del «reconocimiento explícito que el presidente del Gobierno hizo al PSE por los excelentes resultados en las pasadas elecciones», ya que cree que «supone un homenaje a su coraje cívico y a su fortaleza democrática».
