Cuestión de ganas o pierdes
Ines INTXAUSTI Crítica de televisión
Qué tienen en común una señora albanesa que está en este momento en su casa y otra de Almendralejo en la suya? Pues una televisión, si señoras. De hecho quizá en este mismo instante estén viendo el mismo programa desde dos puntos de vista bien distintos. Porque ¿se imaginan ustedes al Gran Hermano albanés? Yo sí. La televisión como el cine tiene sus metas en la meca. En la Meca de la televisión, por supuesto. Los grandes tiburones de la CBS, HBO, BBC se alimentan de peces más pequeños y pezqueñines. Sí gracias. Los formatos se experimentan en Los Angeles y se exportan diariamente a los más recónditos espacios terrestres. Así las cosas un joven amerindio puede entablar una conversación acerca del último capítulo de Lost con otro de Sudáfrica. Y vaya que si lo hacen. Como quiera que estamos observados continuamente por una cadena u otra de hermanos poderosos que lo ven todo, nuestras rutinas resultan del todo alimenticias para el mundo televisivo. ¿Qué nos mueve a dirigirnos hacia esta o aquella programación? Seguramente nuestro reflejo en la pantalla. Podríamos ser nosotros. Podría ser viernes y estar pedidos en una isla en pleno siglo XXI, desesperada por tener un marido adecuado, enterrar a un pariente después de pasar por el hospital central etcétera. Y si los jóvenes guionistas lo desean tener un orgasmo masturbada por tu compañero de pupitre enfrente de tu profesor en plena clase de matemáticas como ocurrió en la primera entrega de Cuestión de sexo. Por lo visto no se trata de algo paranormal. Alguno de esos guionistas ha experimentado en carne propia lo que cuenta. Y habrá sido cuasi violado en una ascensor por su profesora como también sucedió en uno de los capítulos de Física y Química. ¿Son cosas que suceden o se nos ocurren? Desde luego si alguien lo sabe ése es el guionista. Cada vez más jóvenes, los guionistas son los únicos que pueden reinventar la vida de los jóvenes, esos grandes consumidores de marcas, y trasladarla a la pantalla sin que parezca mentira o ciencia ficción. Yo para empezar me acabo de matricular en la ESO. Les contaré.