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Las matemáticas, tan lejos y tan cerca de la vida cotidiana

«Probar que Dios existe no es un problema matemático por resolver»

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Martín Saralegi Aranguren | Catedrático de matemáticas de la Universidad de Artois

Joseba VIVANCO | LEIOA

En 2006, la revista ``Science'' lo calificó como el descubrimiento del año. Era uno de «los siete problemas del Milenio». La conjetura de Poincaré, planteada un siglo atrás, por fin era teorema, es decir, una afirmación que puede ser demostrada como verdadera dentro de un marco lógico. Y todo gracias a un matemático ruso de nombre Grigori Perelman, el cual dio con la solución en 2003, la publicó en internet y desencadenó un debate no exento de polémica. Finalmente, la comunidad científica aceptó el logro de Perelman, quien se hizo acreedor del millón de dólares prometido por el Instituto Clay de Matemáticas, que el científico rechazó. También rehusó recoger la Medalla Fields, el galardón más importante de esta disciplina. Perelman prefiere su retiro casi ermitaño en San Petersburgo.

Decía Stephen Hawking que por cada ecuación que se ponga en un libro se pierde la mitad de los lectores. ¿Estaba en lo cierto o las matemáticas inevitablemente son números?

¡Si le respondo a esta pregunta en francés, creo que también perdería la mitad de los lectores! Las matemáticas utilizan un lenguaje particular, riguroso, con muchos símbolos -¡y no sólo números!-, pero que tiene su razón de ser. Es el precio que hay que pagar. Puede que a usted no le guste el lenguaje alambicado de los abogados, pero si va a comprar una casa no creo que firmara un documento de compra que se redujese a: «Por la presente, Mengano compra una casa a Fulano».

Dicho lo anterior, ¿cómo me explicaría usted la conjetura de Poincaré de manera que el lector no perdiera la atención?

<>Intentémoslo. Supongamos que se reúne con sus amigos para festejar la salvación del Athletic con un rico pastel. Si éste es de forma esférica, observará que a la hora de cortar, si le da un tajo produce dos trozos. En cambio, si el pastel tiene forma de rosquilla la situación cambia. Hay tajos que producen dos trozos, mientras que hay tajos que producen un sólo trozo. Y si es un bretzel, más de lo mismo: hay cortes que producen un trozo, hay cortes que producen dos. En resumen, la esfera es el único pastel en el que todo corte produce dos trozos. Se dice que la esfera es simplemente conexa. La conjetura de Poincaré dice que si viviésemos en un mundo con más de tres dimensiones se obtendría el mismo resultado: la esfera sería el único pastel simplemente conexo.

¿Y qué aplicaciones, digamos prácticas, tiene la resolución de esta conjetura?

La demostración de la conjetura ayudará a comprender la forma del cosmos o a catalogar todas las formas tridimensionales del universo.

Permítame la curiosidad de un profano en la materia: alguien, como Poincaré, plantea su conjetura y son otros los que deben solucionarla. Parece un poco cómodo, ¿no?

¿Por qué? Poincaré planteó un problema. Pasó muchos años intentando resolverlo. No lo consiguió. Así se convirtió en la conjetura de Poincaré. ¡Supongo que él habría preferido oír hablar del teorema de Poincaré!

Bueno, a su favor está que la conjetura fue definida en su día como «el enigma matemático del siglo XX». ¿Tan difícil era solucionarlo?

Personalmente, hablaría de un enigma matemático del siglo XX y no de «el enigma matemático del siglo XX». Y sí, era difícil. Se tardó un siglo en resolverlo. Se usó primero la topología algebráica, luego la geometría diferencial, la geometría riemanniana y, por fin, las ecuaciones en derivadas parciales. ¡Le dieron con todo lo que tenían!

Hasta que en el año 2000 un instituto ofreció un millón de dólares a quien respondiera a algunos enigmas matemáticos irresueltos, entre ellos esta conjetura. ¿Siempre el dinero?

Si usted me hubiese dicho que los matemáticos atacaron la conjetura de Poincaré buscando la gloria, notoriedad... no lo sé, pero por el millón de dólares seguro que no. En este caso, el dinero da más bien notoriedad al Instituto Clay, que fue el que puso el dinero para resolverlo.

En cualquier caso, parece que aquel incentivo económico dio sus frutos, aunque la solución por parte de Perelman no ha estado exenta de polémica.

La comunidad cientifíca ha verificado la prueba y ha llegado a la conclusión de que es correcta.

Pero Perelman no dio todos los detalles de la prueba. De hecho, hubo tres grupos de dos personas que, independientemente, completaron la demostración de Perelman: Morgan-Tian, Kleiner-Lott y Cao-Zhu. Es más, la de Perelman tenía 70 páginas y las completadas, más de 300 cada una. Lo que pasó es que Cao-Zhu presentaron su prueba como la «culminación de los trabajos de Hamilton-Perelmann». Esto dio pie a que algunos periódicos presentasen a los chinos como los que resolvieron la conjetura de Poincaré y ahí surgió la polémica. Pero ésta no es la opinión de la comunidad matemática, que dio la medalla Fields, el máximo premio mundial en Matemáticas, a Perelman.

Y el millón de dólares de premio que luego rechazó. ¿Qué le parece que Perelman se negara a recogerlo?

Lo encuentro refrescante en estos tiempos de búsqueda a todo precio del beneficio económico máximo. Por mi parte, creo que lo habría aceptado...

Resuelto el enigma, ¿les quedan a los matemáticos otras conjeturas, otros enigmas, o se trata de plantear unos nuevos?

Quedan un montón. Y no se trata de crear conjeturas para pasar a la historia. Más bien hay problemas que surgen. Los matemáticos intentan resolverlos. Y cuando muchos y buenos matemáticos lo han intentado sin conseguirlo, entonces las conjeturas nacen.

Por cierto, un cura y matemático polaco se acaba de embolsar el premio académico mejor dotado del mundo por un estudio que supuestamente muestra cómo las matemáticas pueden ofrecer pruebas indirectas de la existencia de Dios. ¿Quizá la conjetura de las conjeturas?

Ése no es el sumum de un matemático, en absoluto. Ni el minimum tampoco. Existe una lista con todos los temas matemáticos que se estudian y la existencia de Dios no está entre ellos ¡Es mejor ser creyente que sapiente!

¿Porque 2+2 no siempre son 4?

Hombre, si me pongo pedante, le diré que no. ¡Se puede tener 2+2=11! Esto es rigurosamente cierto en base 3, vamos, que sólo tenemos las cifras 0, 1 y 2. Si su pregunta se refiere a que las matemáticas son «rígidas», la respuesta es más bien sí. Para construir la pirámide del saber, las bases tienen que ser sólidas. En la vida corriente uno no está obligado a utilizar el riguroso lenguaje matemático; al contrario, se tiene más libertad. Así, aunque 4+3=1 sea una aberración matemática, es una frase con sentido completo.

Lo que es evidente es que las matemáticas, las «odiosas» matemáticas para muchos, están en la base de nuestra vida cotidiana y no parece que nos demos cuenta de ello.

Desde luego. A veces de manera muy divertida. Cuando oigo que «el Athletic se salva matemáticamente con 42 puntos», sólo la palabra «matemáticamente» me pone la piel de gallina.

«Los buenos conocedores de la matemática encuentran en ella placeres comparables a los que proporcionan la pintura y la música», dijo el propio Poincaré. ¿Dónde encuentra usted el placer de las matemáticas?

Es un proceso creativo; somos artistas. Cada problema que intentamos resolver es terra incognita; somos exploradores. Cogemos nuestra caja de herramientas y decidimos con qué atacar el problema; somos mecánicos. Luego se convierte en un amigo con el que pasamos día y noche; se hacen buenas migas. Y si encima conseguimos resolverlo... ¡ni le cuento! Y para terminar, hay que publicarlo; somos escritores.

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