FMI y BM alertan de la peligrosa escalada del precio de los alimentos
El alza del precio de los alimentos se convirtió en un tema de igual relevancia en la agenda financiera internacional que el inicio de la recesión en EEUU y el contagio a los sistemas bancarios de Europa de la crisis en el sector hipotecario estadunidense. La reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que concluyó ayer, fue la caja de resonancia para alertar sobre el periodo de inestabilidad que se avecina.
GARA |
El precio de los alimentos, en términos generales, subió 80% en los últimos dos años, según un índice general de precios elaborado por el Banco Mundial (BM). Es ya un problema en muchos países en desarrollo, pero las consecuencias se pueden extender al resto de la economía, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Esta puede ser la ruta de un gran conflicto en el futuro. Si los precios de los alimentos continúan como hasta hoy, entonces las consecuencias serían terribles», declaró el sábado Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI. El jueves pasado, Robert Zoellick, presidente del BM, advirtió de que el creciente precio de la comida puede eliminar los avances logrados en los últimos siete años en la reducción de la pobreza.
Según el informe, titulado `Aumento del precio de los alimentos: Opciones en materia de políticas y respuesta del Banco Mundial', los aumentos en los precios internacionales del trigo alcanzaron el 181% durante un período de 36 meses, que concluyó en febrero de 2008. Además, se espera que los precios de los cultivos alimentarios se mantengan elevados durante 2008 y 2009 y que después, aunque comiencen a descender, es probable que la mayoría de estos cultivos permanezcan hasta 2015 en niveles muy superiores a los de 2004.
El texto agrega que si bien los productores se beneficiarán posiblemente con estos incrementos, el alza de precios de los alimentos básicos agravará la pobreza en varios países. Donde los avances en la reducción de la pobreza han sido más difícil, el impacto de este incremento de precios pone en riesgo los logros obtenidos durante los últimos cinco a 10 años, al menos en el corto plazo. Por ejemplo, en el caso del Yemen, las estimaciones muestran que la duplicación del precio del trigo registrada el último año podría anular los avances logrados entre 1998 y 2005 en términos de reducción de la pobreza.
«Los pobres no sólo enfrentan precios más elevados en los alimentos, sino también aumento de los costos de la energía, y eso genera una combinación preocupante», señaló el vicepresidente de la Red sobre Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Grupo del Banco Mundial, Danny Leipziger. «Es urgente elaborar respuestas para proteger a los pobres de la subida de los precios de los alimentos. Esas respuestas deben estar diseñadas de modo que promuevan el incremento de la producción agrícola en el largo plazo».
El Banco Mundial mencionó que una treintena de países enfrenta problemas sociales, incluso disturbios, por el alza en el costo de la comida, como se ha vistoo en Haití, donde al menos han muerto cinco personas, Filipinas, Egipto, Guinea, Burkina Faso o Camerún.
Según el informe del BM, los aumentos en los precios internacionales del trigo alcanzaron el 181% durante un periodo de 36 meses, que concluyó en febrero. Además, se espera que los precios de los alimentos se mantengan muy altos durante 2008 y 2009.
Según el informe del BM, el aumento de la producción de biocombustibles ha contribuido al alza de precios de los alimentos. La preocupación por los precios del petróleo, la seguridad energética y el cambio climático han impulsado a los Gobiernos a incrementar la producción y el uso de biocombustibles. El incremento de los precios de los alimentos también se vincula con el aumento de los precios de la energía y los fertilizantes.
Un dato: todo el incremento en la producción mundial de maíz entre 2004 y 2007, el periodo en que los precios del grano se elevaron bruscamente, fue destinado a la producción de biocombustibles en EEUU, mientras que la reserva que existía del grano disminuyó por el incremento en la demanda para otros usos.
En un comunicado distribuido en Washington, Oxfam International responsabilizó a los países industrializados de reducir la ayuda al desarrollo de las naciones más pobres y en cambio aumentar la inversión en el desarrollo de biocombustibles.
En este sentido, la UE estableció la meta de que 5,75% del combustible para motor sea de biocombustibles en 2010; EEUU se ha comprometido al uso de 28.400 millones de litros de biocombustibles para transporte en 2012. La FAO, entretanto, advirtió de que hacen falta «medidas urgentes» para resolver el problema.