Las policías de India y Nepal, los dos países que acogen a mayor número de exiliados tibetanos, arrestaron a cientos de ellos en manifestaciones que rechazaban la presencia de la antorcha que anuncia los Juegos Olímpicos de Pekín en Nueva Delhi, la capital india.

Las detenciones se registraron en Nueva Delhi y Bombay (India) y ante la Embajada china en Katmandú (Nepal).

La presencia de 100.000 exiliados tibetanos en India, entre ellos el Dalai Lama, hizo que el Gobierno de ese país asiático reforzara notablemente la seguridad en Nueva Delhi con motivo de la llegada de la antorcha, que recorrió las calles de la capital india durante media hora.

Con el apoyo de guardias chinos y bajo la vigilancia de 16.000 policías y militares indios, los participantes en el relevo de Nueva Delhi recorrieran un total de tres kilómetros entre el Palacio Presidencial y la Puerta de India, un arco militar situado en un barrio construido por los británicos en la década de los 20 del siglo XX.

El principal temor de las autoridades indias era que la comunidad tibetana que vive en ese país aprovechase el paso de la antorcha olímpica por Nueva Delhi para quemarse a lo bonzo ante las televisiones de todo el mundo.

Debido a las presiones de China, el Gobierno indio decidió recortar el recorrido de la antorcha por Nueva Delhi de nueve a sólo tres kilómetros, además de suspender la etapa que debía tener lugar en la ciudad de Bombay.