El Frente Amplio Progresista (FAP) instó el miércoles a la mayoría parlamentaria que conforman el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción nacional (PAN) a someter a referéndum las decisiones que se pretendan tomar en torno a la industria petrolera, con el fin de que todos los mexicanos puedan decidir sobre el futuro de esa riqueza natural, que es del país.

Tras una reunión entre los parlamentarios del FAP y Andrés López Obrador (PRD), se leyó un manifiesto en el que se advierte de que si bien el PRI y el PAN pueden utilizar el pretexto de que el referéndum no existe en la legislación mexicana, el poder legislativo pueda realizar las reformas necesarias para que, a partir de ahora, los ciudadanos puedan votar las leyes del Congreso que hayan sido objetadas por una parte del electorado, tal y como ocurre en otros países.

El FAP señala que su grupo parlamentario es minoría en el Congreso, pero «una minoría digna que apela a la opinión ciudadana, a los sentimientos e intereses de la nación, en lugar de reducirse a las oscuras componendas tan criticadas y despreciadas por nuestro pueblo».

La protesta que el Frente Amplio mantiene en ambas cámaras del Congreso va en contra de lo que considera un claro intento de vulneración de la Carta Magna y en favor de un debate nacional que dura cuatro meses, «sobre el que seguiremos insistiendo».

El manifiesto añade que la reforma energética debe ser sometida a referéndum, porque su pretensión es «entregar el petróleo a compañías privadas». El presidente del país, Felipe Calderón, asegura, por contra, que con sus cinco iniciativas busca el fortalecimiento de Pemex, pero propone quitarle el refino, los ductos, el almacenamiento y la explotación de viejos y nuevos yacimientos, bajo la tesis de que se trata de una empresa «irreformable en su corrupción e ineficiencia».