Atentado de ETA en Bilbo
El PSOE recaba solidaridad general, pero el PP insiste en marcar su línea
Partidos e instituciones expresaron su respaldo y solidaridad al PSOE tras este nuevo atentado, posición que algunos combinaron con los emplazamientos a la izquierda abertzale a condenar la acción. El PP, aunque mostró otro tono en su reunión con el PSOE en Madrid, dejó claro una vez más que la condición para apoyarle es que el horizonte sea «la derrota de ETA».
GARA | BILBO
La concentración realizada a mediodía en el Parlamento de Nafarroa, interrumpiendo la sesión plenaria, y la celebrada por la tarde ante la sede atacada, a iniciativa del PSOE, fueron las principales imágenes de la solidaridad del resto de partidos e instituciones con la formación que lidera José Luis Rodríguez Zapatero. Este respaldo se había hecho público desde primera hora de la mañana a través de notas de prensa, declaraciones o comparecencias.
Así lo hizo, por ejemplo, Juan José Ibarretxe. En un acto institucional en Donostia, el lehendakari aseguró por la mañana que «ETA sigue mirando hacia atrás, hacia el pasado destructivo al que no queremos volver de ninguna manera». Después, tras un almuerzo con empresarios, dirigió su mensaje en otra dirección y denunció que se quiera «parar la política» porque existe ETA. «¿Por qué no somos capaces también desde la política de plantarnos y decir que somos capaces de desbloquear las cosas a pesar de ETA?», preguntó.
Desde el Parlamento de Gasteiz, su presidenta, Izaskun Bilbao, afirmó que con esta explosión de Abusu ETA «atenta con- tra todos nosotros». Con las mociones de censura impulsadas por PSOE, PNV y PP como telón de fondo, habló además de la necesidad de «mínimos éticos».
Emplazamientos a EAE-ANV
Andoni Ortuzar, presidente del BBB, fue uno de los que apuntó de modo directo a la izquierda abertzale. Le reclamó que «valore» el atentado «sin esconderse detrás de la excusa del conflicto». «¿Qué tiene que ver un supuesto conflicto con los militantes socialistas de La Peña, con los vecinos del barrio y con los ertzainas que cumplían su trabajo?», se preguntó.
Sus palabras fueron casi calcadas a las del máximo mandatario de EA. Unai Ziarreta pidió a la izquierda abertzale «que deje de escudarse permanentemente en el conflicto» y apeló a que «oyendo la demanda mayoritaria del pueblo, pidan a ETA que desaparezca, que se disuelva, que nos deje en paz». En relación a la organización armada, el presidente de EA ironizó sobre su condición y se preguntó «qué tipo de agente político es capaz de cometer un atentado como éste o de asesinar a Isaías Carrasco o a los dos ecuatorianos en la T-4».
Desde Aralar, el coordinador en Gipuzkoa, Oxel Erostarbe, indicó en una entrevista a Euska-di Irratia que esta acción «no es el camino, como venimos diciendo una y otra vez. Ahora corresponde a otros decir lo mismo». Se refirió, en concreto, a «los que dicen tantas veces que la solución al conflicto vendrá por el diálogo».
Al margen de los partidos políticos, los sindicatos también hicieron llegar sus condenas. ELA reclamó a ETA que «acabe con la lucha armada» y aseguró que «la solución al conflicto político que vive este pueblo vendrá exclusivamente por vías civiles y democráticas».
Desde la formación emplazada se escuchó la voz de dos electos que fueron preguntados por los periodistas en sendas ruedas de prensa. En Bilbo, Arantxa Urkaregi ratificó el compromiso de ANV por impulsar «un acuerdo que solucione el conflicto político» y que permita «alcanzar un nuevo escenario en el que no haya violencia alguna». Propuso «poner todos los esfuerzos para avanzar realmente» y aseguró que «ANV está comprometida con este trabajo. Esperemos que el resto de las fuerzas políticas haga lo mismo», deseó la electa de Bilbo.
En Iruñea, el también concejal en Uharte Shanti Kiroga recordó una vez más que «no condenamos porque las condenas no aportan soluciones, sino juicios de valor, y lo que queremos es definitivamente solucionar el conflicto, que es realmente lo importante».
Las condiciones del PP
Al margen de las apelaciones contra la izquierda abertzale, varios partidos -empezando por el PSOE- hicieron hincapié en la necesidad de «unidad frente a ETA». El mensaje tenía como destinatario al PP, que -si bien mostró un nuevo tono en algunas de sus manifestaciones o en la fotografía conjunta de Soraya Sáenz de Santamaría y José Antonio Alonso y Ramón Jáuregui en Madrid para negociar cuestiones del Congreso- dejó claro al mismo tiempo que mantiene el criterio básico de la «derrota de ETA» como «línea roja».
La posición oficial fue puesta por escrito por la dirección estatal del partido en una nota en la que expresa su solidaridad y afecto al PSOE ante «esta nueva muestra de barbarie de los terroristas». Acto seguido, muestra su confianza en que «se aplique el Estado de Derecho» para «no dejar resquicios» a la izquierda abertzale y asegura que es esto lo que «acabará definitivamente con los terroristas».
Así las cosas, vincula su apoyo al Gobierno del PSOE a «que siga combatiendo a los terroristas hasta su derrota final».
Desde Euskal Herria, el presidente de esa formación en Bizkaia, Antonio Basagoiti, fue más claro y rotundo al valorar que el objetivo de la organización armada con estas acciones es obligar al PSOE a sentarse a negociar. Y le advirtió de que no puede hacerlo. «El PP quiere dar todo su apoyo al Gobierno de Zapatero para que elimine a esta gentuza y para que acabe con estos terroristas que nos están volviendo locos permanentemente», declaró Basagoiti.
En la misma línea, y tras denunciar que «ETA pretende someter a bombazos al PSOE para que negocie», el concejal en Bilbao fijó la posición del PP ante el PSOE: «Para acabar con ellos, para derrotarlos, para que dejen de poner bombas, estaremos siempre al lado y arrimaremos el hombro».
Se dirigió además al PNV para, parafraseando unas palabras de Josu Erkoreka, exponer que «ya no vale decir que `ETA va a zumbar'. Lo que hace falta es apoyar y colaborar para eliminarla y sacarla de sitios como Mondragón», afirmó Basagoiti, obviando que los jeltzales han sido los principales impulsores de la moción de censura contra la ekintzale Ino Galparsoro.