Zorionak
Juantxo EGAÑA Fotógrafo
Me une con los Larruquert una gran amistad desde hace años. Con esta exposición, me vienen al recuerdo imágenes de Mutriku, Eibar o al lado del campeón manomanista Gallastegi, el creador y esteta Jorge Oteiza o el pintor Juan Luis Mendizábal. Yo miraba asombrado, mientras Fernando, junto a su «Mamiya», elegía los lugares, buscaba la luz, componía y disparaba. Han pasado ya más de veinte años.
Las imágenes que se pueden ver estos días en la sala Boulevard, con motivo del 25 aniversario de Lamia, están cargadas de emoción. Creo que los Larruquert han sabido plasmar la gente, el paisaje y los colores de Euskal Herria, pero, sobre todo, han reflejado como pocos la riqueza de grises de nuestra luz.
Una de las partes de la exposición está dedicada a Jorge Oteiza, gran amigo de los Larruquert. Son más de 50 las fotografías del artista oriotarra, que este año hubiese celebrado su centenario. Estas fotografías van acompañadas de textos, en ocasiones, recogidos en conversaciones, y también discusiones, que mantuvieron con Oteiza durante 45 años. Entre estos textos se encuentran reflexiones como «el color es una enfermedad del gris» o «el rojo es el gris del color».
Gaspar Montes, José Miguel Barandiaran, Enrique Albizu, Mikel Laboa, Julio y Pío Caro Baroja o Lolita Salís son algunos de los creadores vascos cuyos retratos figuran en la exposición. Para mí, uno de los más sorprendentes es el de Julio Caro por esa luz tan mágica y especial que los Larruquert han sabido captar en su biblioteca de Itzea.
Aunque no está reflejada explícitamente en la exposición, creo necesario resaltar la aportación hecha por Fernando Larruquert entre 1960 y 1980 a través de las películas «Ama lur», «Pelotari», «Alquézar», «Agur Everest» y «Euskal Herri-Musika», y también a con fotografías como la del Grupo Gaur en 1966 o la de la expedición Tximist al Everest, imágenes que forman parte ya de nuestra memoria histórica.
Zorionak, Fernando, Marilen, Fernan y Aitor, por el cumpleaños y por la exposición.