El investigador y escritor Carmelo Urdangarin ha instado a las instituciones a actuar «con urgencia» en el monasterio de Sasiola de Deba, considerando que el estado que presenta el conjunto arquitectónico es «una auténtica vergüenza».

Urdangarin asegura que las instituciones públicas «ya pueden espabilar» y aboga por traducir en «algo práctico» los movimientos que en las últimas semanas se están produciendo para atajar la situación de «dejadez» que sufre el lugar.

Urdangarin asegura no entender «que la iglesia no se ocupe de este asunto», ya que, en su opinión, el lugar «no deja de tener un valor religioso, aunque se diga que esté desacralizado».

También la diputada de Cultura y Euskara de la Diputación de Gipuzkoa, María Jesús Aranburu, explicó este pasado jueves ante la Comisión de Cultura en la Juntas Generales, que «no nos hemos olvidado de este monasterio». Aunque, ante las críticas de partidos políticos como PP y PSE, explicó que no pueden restaurar todo el patrimonio cultural de Gipuzkoa. «Hay que tener prioridades. Sasiola tiene un valor innegable, pero también el Juncal de Irun, Arantzazu o cualquier otra ermita», apuntó. Por el momento, Diputación tiene previsto rehabilitar la iglesia y el retablo barroco de la misma para lo que destinará 75.000 euros.

«Es una buena noticia que la Diputación empiece ya a moverse», aclara a este respecto Carmelo Urdangarin, y recuerda que el Ayuntamiento de Deba «también se está moviendo».

El conjunto de Sasiola fue construido a comienzos del siglo XVI por los franciscanos, que abandonaron el lugar en 1840, tras la Desamortización de Mendizabal.

Praileaitz y otras canteras

Asimismo, el ente foral quiere extender a todas las canteras kársticas del territorio las inspecciones arqueológicas que realiza en la explotación de Sasiola -donde se encuentra Praileaitz- para conocer la situación del yacimiento y la posible existencia de otras grutas de interés.

Y es que, Aranburu volvió ayer a comparecer ante las Juntas Generales, a petición del PP, para dar cuenta de los estudios realizados en la ladera de Praileaitz y para informar sobre el estado de conservación del monasterio de Sasiola.

Durante su intervención, se mostró partidaria de «extender» la labor de supervisión arqueológica que se realiza en la cantera de Sasiola al resto de explotaciones kársticas del territorio, aunque avanzó que el proceso para conseguir la implantación «sistemática» de las inspecciones será «laborioso», porque «las empresas que realizan las labores extractivas «no están obligadas a ello».

A pesar de ello, aclaró que en las últimas evaluaciones de impacto ambiental desarrolladas ya «se ha pedido que se incluya la obligatoriedad de permitir» estas intervenciones arqueológicas «como parte de la inspección medioambiental de la que sí deben ser objeto».