La «hoja de ruta» de Ibarretxe
Lakua prevé evitar la consulta con un no de Ezker Abertzalea
Descartada la posibilidad de un acuerdo con el Gobierno español que poder presentar en el pleno de junio, en el Ejecutivo autonómico se contempla el rechazo de la izquierda abertzale a la consulta propuesta por Ibarretxe como fórmula para salir del compromiso acudiendo a la convocatoria de elecciones autonómicas. Según fuentes fiables, desde Lehendakaritza se ha llegado a afirmar que propondrán una pregunta que Ezker Abertzalea debería rechazar.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, está en un compromiso: no hay acuerdo con Zapatero y en amplios sectores del PNV, e incluso en algunos dirigentes de EA, la idea de convocar próximamente una consulta en términos de confrontación con el Estado no despierta ningún entusiasmo. Pero dio su palabra. Y la salida que se plantea ahora es que la izquierda abertzale rechace la propuesta que haga al Parlamento, para pasar a una nueva convocatoria de elecciones autonómicas.
Ibarretxe presentó en setiembre una «hoja de ruta clara para alcanzar la paz y para abordar la solución del conflicto vasco» que fijaba pasos y fechas. Para junio el Gobierno de Lakua habría intentado llegar a un «pacto político» con el de Madrid en esta materia, y ese mes se convocará un pleno en el Parlamento autonómico para refrendar el acuerdo o «para autorizar la celebración de una consulta habilitadora que abra un proceso de solución».
Pero el tiempo pasa, junio se acerca y las posibilidades de alcanzar un pacto con José Luis Rodríguez Zapatero se alejan. En un primer momento, desde Lakua se confió en que quien resultara ganador de las elecciones del 9 de marzo necesitara llegar a acuerdos con otras formaciones para garantizar su investidura. Ibarretxe declaró en octubre que «yo espero que las elecciones en España no las ganen el día D, sino el día D más uno, y me imagino que quienes pretendan llegar a presidente tendrán que hablar con otras formaciones políticas». A lo que añadió «una cuestión clara»: que el PNV daría su apoyo a uno o a otro «en función del compromiso que tenga con la democracia en Euskadi».
En las elecciones el PSOE ganó con suficiencia y en el reciente debate de investidura el presidente del Gobierno español mostró su disposición a dialogar tanto con el lehendakari como con el PNV, pero no en los parámetros propuestos por Juan José Ibarretxe, cuyo proyecto, sin nombrarlo explícitamente, calificó de «una aventura ya gastada».
Desde círculos próximos al propio lehendakari se da por hecho que el Gobierno español no está interesado en alcanzar el pacto propuesto, puesto que prefiere guardar cualquier cuestión relacionada con el derecho a decidir de la ciudadanía vasca para una eventual nueva negociación con ETA. También el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, se ha expresado en términos similares públicamente en más de una ocasión.
Ánimos enfriados
Sin pacto Madrid-Lakua, la única posibilidad que le queda al lehendakari es pedir en junio al Parlamento «la autorización de una consulta habilitadora que abra un proceso de solución».
Pese a que esa propuesta cuenta con el apoyo oficial del tripartito, que en el caso del PNV se ratificó en diciembre con la apro- bación de la ponencia política del partido, el jarro de agua fría que para los jeltzales han sido las pasadas elecciones ha congelado cualquier tipo de entusiasmo en este apartado. El presidente del EBB, Iñigo Urkullu, ha hablado en sus últimas conferencias de buscar un acuerdo con el PSOE, pero nada de la consulta.
En EA, el socio del tripartito que más defiende la «hoja de ruta», también han surgido voces, como la de Iñaki Galdos, que llaman a la reflexión porque «una parte importante de la sociedad que vota nacionalista no considera prioritario que en 2008 se celebre una consulta». Y EB recoge en el borrador de la ponencia de su VII Asamblea que no apoyará «ninguna consulta» que «desborde la legalidad vigente», porque supondría «privar de legitimidad y restar consenso a todo el proceso subsiguiente».
Como puede comprobarse, el Gobierno de Lakua no está en las mejores condiciones internas para la convocatoria de una consulta a la que se opondrá el Estado y que requerirá un notable esfuerzo militante por quienes quieran sacarla adelante.
Culpar a la izquierda abertzale
La otra alternativa es hacer la propuesta al Parlamento y que éste lo rechace, con lo que, como anunció el lehendakari en setiembre, se provocaría la disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones. Y ésta es la previsión que gana terreno en el seno del tripartito.
Dando por hecho el rechazo de PSE y PP, queda en el aire el voto de Ezker Abertzalea. Entre los impulsores de la «hoja de ruta» hay unos que piensan que la izquierda abertzale no está hoy en disposición de apoyar al Ejecutivo autonómico. Pero hay quién va más allá. Según ha sabido GARA de fuentes fiables, desde Lehendakaritza se ha trasladado a varios interlocutores el anuncio de que la pregunta que Juan José Ibarretxe presentará como base de la consulta evitará el voto favorable de los escaños de Ezker Abertzalea.
De esta forma, desde Lehendakaritza conseguirían un doble objetivo. Por un lado, evitarían entrar en una fase de confrontación con el Estado español que en este momento no están en disposición de afrontar desde el PNV. Y, por otro, culparían a la izquierda abertzale de la imposibilidad de haber llevado a cabo la consulta, con lo que Ibarretxe volvería a enarbolar esa bandera en las elecciones que convocaría de inmediato, tratando de arrastrar con ella al electorado abertzale, a quien además volverían a tratar de asustar, como en el año 2001, con la posibilidad de que un pacto PSE-PP (esta vez liderado por Patxi López y no por Jaime Mayor Oreja) consiguiera llegar a Ajuria Enea.
El Partido Nacionalista Vasco intenta hacer ver que las últimas acciones armadas de ETA pretenden «radicalizar» al PSOE para hacer que «descarrile» la iniciativa del lehendakari.
En declaraciones a Radio Euskadi, el presidente del BBB, Andoni Ortuzar, afirmó que ETA «no soporta que el final del conflicto o el inicio del desbloqueo político se haga sin ellos» y añadió que «está haciendo todo lo posible por dinamitar cualquier marco de entendimiento».
Esta no es una opinión exclusiva de Ortuzar. El domingo, el presidente del GBB, Joseba Egibar, afirmaba en una entrevista que «si en algo coinciden ETA y el Gobierno ahora mismo es en gestionar los plazos intentando que afecte a la hoja de ruta del lehendakari. De ahí la posición distante de Zapatero y las bombas de ETA, que no son factores que favorezcan el entendimiento y el acuerdo. ETA no quiere que el lehendakari sea el protagonista de una solución de fondo del conflicto vasco ni cree necesaria la legitimidad democrática, ya que ve que con el simple anuncio de un alto el fuego se sienta a una mesa y se encuentra al otro lado al Gobierno».
El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, recela de esta explicación y apunta que si «ETA le quiere dar una lección a Ibarretxe matando socialistas, barata le sale la lección y muy cara para nosotros». GARA