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Secuestro de un atunero vasco

La tripulación del «Playa de Bakio» permanece ilesa pero angustiada

Portavoces de los gobiernos de Lakua y Madrid aseguraban ayer que no hay ningún herido entre los 26 tripulantes del atunero vasco «Playa de Bakio», secuestrado por piratas el domingo en aguas próximas a Somalia. Así lo confirmaban también algunos de los marineros que consiguieron comunicar con sus familiares, aunque la angustia que dejaban traslucir sus mensajes hacía que en tierra se redoblasen las peticiones para solucionar cuanto antes la crisis.

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GARA | BILBO

El patrón del «Playa de Bakio», el gallego Amadeo Álvarez, manifestaba a primera hora de la tarde en una breve comunicación telefónica con su esposa que no hay heridos entre la tripulación del pesquero. Confirmaba así las informaciones en ese sentido facilitadas anteriormente tanto por los ejecutivos vasco y español como por el propio armador del buque.

No obstante, el tono de evidente nerviosismo que envolvía el mensaje del patrón dejaba patente lo delicado de la situación por la que atraviesan los 26 tripulantes -13 africanos, ocho gallegos y cinco vascos- desde que un grupo de cuatro piratas somalíes se hicieran con el control del atunero congelador a las 13.00 del domingo (19.30 hora local), cuando navegaban a unas 250 millas de la costa de Somalia, en el Océano Índico.

Los piratas, que al parecer proceden de la conflictiva región somalí de Puntland, lanzaron su ataque desde una lancha valiéndose de varios lanzagranadas, mientras la tripulación estaba cenando. Aunque se registraron importantes daños en el puente del pesquero como consecuencia de los disparos previos al abordaje, éstos parecen no impedir su capacidad para navegar.

De hecho, las informaciones apuntaban ayer a que el atunero se dirigía rumbo a tierra, concretamente hacia la pequeña localidad costera de Gaan, a apenas 50 kilómetros al sur de la ciudad de Obbia (a unos 500 kilómetros al noreste de la capital, Mogadiscio), según informó a la agencia Efe una fuente vinculada a los secuestradores. Al parecer, a esta localidad sólo se puede acceder por mar y en ella se podría establecer físicamente el proceso de negociaciones para la puesta en libertad de los secuestrados.

Los captores ya han expresado con claridad que el móvil de esta acción violenta es el económico, aunque ayer todavía no habían dado a conocer detalles tales como la cuantía del rescate que exigirán por la liberación de los secuestrados.

Rápida liberación

Las distintas administraciones -española, vasca y gallega- se apresuraron ayer a manifestar que su prioridad será conseguir la rápida liberación de los prisioneros. Desde Madrid se anunció la creación de una célula especial de seguimiento en el Estado Mayor de Defensa -que se ocupaba de mantener permanentemente informados a los familiares de los secuestrados- y el desarrollo de una «intensa» actividad diplomática con organismos como la OTAN y gobiernos de países aliados del Estado español con alguna presencia militar en la región.

Además, enviaba a la zona a la fragata «Méndez Núñez» -considerada como «el más moderno buque de guerra» de la Armada española-, cuyos mandos estimaban que tardase entre 24 y 36 horas en acercarse a la nave raptada. La fragata se limitará a ejercer una «labor disuasoria» sobre los secuestradores. Este navío está dotado de un sistema de combate que permite detectar, controlar e interceptar blancos en un radio superior a los 200 kilómetros, según la información de la Armada española.

Precisamente, el Congreso español había aprobado el 5 de julio pasado una iniciativa del PNV, con el voto en contra del PSOE, que instaba al Gobierno a desplegar una patrullera o fragata, con apoyo de un helicóptero, en el borde de las 200 millas de Somalia. Esta circunstancia fue aprovechada ayer por portavoces jelkides para dirigir sus críticas hacia el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Así, el consejero de Pesca de Lakua, Gonzalo Saenz de Samaniego (PNV), manifestó en una comparecencia pública que «ha pasado lo que tenía que pasar tarde o temprano» y destacó que desde el año 2006 ha solicitado el apoyo a los pesqueros de una fragata de la Armada española, ayuda sobre la que incluso recordó «hay una resolución en el Congreso español que no se ha llegado a cumplir».

El diputado del PNV en Madrid Josu Erkoreka fue más allá al acusar al Gobierno del PSOE de no haber hecho «absolutamente nada» para garantizar la seguridad de los barcos en la costera del atún, en el Índico, y denunció la «ligereza» y la «irresponsabilidad» mostrada por el Ejecutivo español. En su opinión, «la prevención no evita un posible ataque, o una embarcación de guerra allí tampoco puede asegurar al 100% que los ataques no se vayan a producir, aunque sí sirve para disuadir». Desveló asimismo que hace dos años le preguntó al presidente Rodríguez Zapatero por este asunto y a éste «le pareció una iniciativa exótica, no prestó atención».

Por su parte, el eurodiputado de Eusko Alkartasuna, Mikel Irujo, solicitó ayer a la Comisión Europea que realice «todos los esfuerzos necesarios» para liberar a los tripulantes del pesquero y destacó que la UE debe considerar la protección de los buques de pabellón europeo como «una política propia» y adoptar «un papel activo en la lucha de la piratería en el mar». Irujo destacó, ante el pleno del Parlamento Europeo, que la UE «ha firmado decenas de acuerdos pesqueros con diferentes países del continente africano, pero no basta con firmar acuerdos pesqueros, sino que hay que garantizar la seguridad de nuestros buques».

Desde Galicia, el BNG, a través de su diputado Bieito Lobeira, también urgía al Gobierno español a tomar medidas para el amparo de la flota en aguas somalíes. Lobeira presentó una iniciativa en el Parlamento de Galicia en este sentido, en cuyo texto se recuerda que este segmento de la flota atunera «lleva meses denunciando la desprotección que padecen delante de este tipo de ataques, perpetrados por embarcaciones camufladas que abordan a los pesqueros con el fin de robar todo lo posible».

Armadores gallegos que han faenado en la zona aseguraban ayer que «los piratas lo saben todo de nuestra flota, dónde pescamos, a qué puerto vamos, cuál es nuestra empresa y hasta nuestros teléfonos».

Por su parte, la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) -con sede en Bermeo y en la que se encuentra integrada la empresa atunera Pesquera Vasco Montañesa (Pevasa), armadora del buque «Playa de Bakio»- manifestó que han venido llamando la atención a la Administración española sin éxito sobre el grave problema de inseguridad en la zona de Somalia, por fuera de las 200 millas, a fin de que se adopten las medidas adecuadas para su solución.

Ángel Angulo, director gerente de Pevasa, abundó en que lo que está ocurriendo «es una llamada urgente de atención para adoptar más medidas».

CINCO VASCOS

Los cinco marineros vascos que forman parte de la tripulación del «Playa de Gernika» son vecinos de Lekeitio, Gernika, Arrasate y Pasaia, según informaron responsables de la empresa armadora. Hay también ocho gallegos y 13 africanos.

CONDENA DE LA UE

La Unión Europea condenó el secuestro del atunero vasco. Subrayó su «profunda preocupación por la naturaleza violenta de estos actos» y dijo que luchar contra este tipo de actividades piratas requiere «importantes esfuerzos internacionales».

INFORMACIONES CONFUSAS

A lo largo del día de ayer se sucedieron informaciones contradictorias sobre el estado de salud de los tripulantes. Las agencias de noticias llegaron a dar la información, luego desmentida, de que en el barco había un herido.

Somalia, un Estado fallido en guerra civil permanente

Un gran petrolero japonés sufrió ayer un ataque y un intento de abordaje entre Somalia y Yemen. El «Takayama», un petrolero de 150.053 toneladas y del tamaño de un campo de fútbol, pudo escapar tras una hora de persecución tras ser alcanzado por un obús en su flanco izquierdo cuando se hallaba a 440 kilómetros al este del puerto yemenita de Adén. Entrevistado por la televisión pública japonesa, un miembro del equipo a bordo -23 marineros, 16 filipinos y siete japoneses- narró que fueron atacados al menos cuatro veces «por babor y estribor» y se dirigía ya a toda máquina hacia Adén para ser reparado.

Se trata del noveno ataque de piratas que se registra desde el mes de febrero en el Golfo de Adén. Los actos de piratería se han incrementado un 20% en el primer trimestre del año y las costas de Somalia se han convertido en una zona de alto riesgo para los barcos extranjeros.

Unas aguas que se han convertido en cementerio para muchos de los somalíes que huyen de la guerra que asola a su país desde hace ya decenios. Amenazadas por los guardacostas yemeníes, las mafias que trasladan a refugiados que tratan de llegar a tierra no suelen dudar en arrojarlos al mar en cuanto atisban la costa. Tragedias de este tipo son desgraciadamente comunes en los últimos tiempos aunque no alcanzan rango de noticia en buena parte de los medios de comunicación occidentales.

Somalia vive desde comienzos de la década de los 90 -derrocamiento de Syad Barre- una guerra fraticida entre señores de la guerra que utilizan las rivalidades entre clanes para medrar y apuntalar sus poderes.

Zona de interés geoestratégico para las grandes potencias, Somalia es un Estado fallido cuarteado territorial y estructuralmente. Al norte, Somalilandia (antigua colonia británica) y Puntlandia son independientes de facto. Fuentes locales aseguran que los piratas que abordaron el «Playa de Bakio» son originarios de Puntlandia.

La Somalia «francesa» es la actual Djibuti y Etiopía sigue manteniendo dentro de sus fronteras a la población somalí de Ogaden. Precisamente fue etíope el Ejército que, a instancias de EEUU, invadió la antigua Somalia «italiana» y plantó sus reales en la capital, Mogadiscio, expulsando a la Unión de Tribunales Islámicos, una milicia que en 2006 logró el control de la capital y de vastas zonas del centro y sur del país y logró instaurar cierto orden.

Un orden que era de todo menos del agrado de Washington, que con la excusa de su «guerra mundial al terror» rivaliza con potencias emergentes como China por la preeminencia no sólo en el Cuerno de África sino en todo el Continente Negro.

La ocupación etíope ha generado una resistencia armada islamista y un recrudecimiento del drama de la población. Dos millones de somalíes huidos, refugiados o desplazados precisan ayuda humanitaria urgente. Tras los combates del fin de semana en la capital, Mogadiscio, una tensa calma reinaba ayer en la capital. Muchos de los cadáveres seguían sin ser recogidos de las calles. GARA

OTRO SECUESTRO

También ayer, piratas somalíes secuestraban un barco de bandera emiratí que transportaba alimentos para su venta a Somalia desde Dubai y que fue apresado a siete kilómetros del puerto de Bosasso, en el noreste del país africano.

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