Los 26 tripulantes del pesquero bermeotarra Playa de Bakio, secuestrados en aguas de Somalia, se encuentran, al parecer, en buenas condiciones físicas, si bien es inevitable la preocupación por su suerte. Inevitable y comprensible, especialmente por parte de las familias de los arrantzales.

Al secuestro del pesquero bermeotarra se le ha de añadir el ataque a un petrolero ayer en las mismas aguas, y es preciso tener en cuenta, además, que ese tipo de sucesos se repiten con bastante frecuencia en la zona. Esa falta de seguridad no resulta extraña en aguas de un estado cuya condición de tal es más que dudosa. Estado fallido, podría denominarse, principalmente a causa de las numerosas intervenciones exteriores, como la de Estados Unidos, que hizo y deshizo a placer en la zona y a cuyos intereses obedeció la invasión llevada a cabo por Etiopía con el argumento del caos reinante. Sin embargo, no da la impresión de que esa invasión haya logrado apaciguar la situación de guerra entre numerosos bandos. Los 80 muertos en combate ente tropas gubernamentales y etíopes y rebeldes los últimos días son una muestra más de la caótica y trágica situación en que se encuentra Somalia, un estado fallido e invadido.