Hay noticias que, por repetitivas, pueden causar hastío. Y repetitivas resultan las referidas a la siniestralidad laboral, muy a menudo con resultado de muerte. En esos casos, además de hastío, o sobre todo, provocan indignación, máxime porque las causas de esa siniestralidad son conocidas y, por tanto, evitables. Como la muerte de Óscar Bolado Recio, accidentado el pasado viernes en su puesto de trabajo. Para ello es necesaria la voluntad de patronal e instituciones, una voluntad que hasta ahora sólo han mostrado en los discursos de turno. Pero también es necesaria una consciencia plena de lo que la siniestralidad laboral supone. En lo que va de año se contabilizan 33 muertos en Euskal Herria. Ayer, varios sindicatos y organizaciones sociales presentaron diferentes iniciativas. UGT-Euskadi llevará ante el Consejo de Relaciones Laborales una propuesta de acuerdo interprofesional en materia de seguridad y salud laboral para la negociación colectiva en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. LAB, por su parte, ha convocado un paro de una hora para denunciar la siniestralidad laboral, al que se ha sumado el sindicato de transportistas autónomos Hiru. También la asociación Elkartzen hizo un llamamiento a la movilización. Ninguna iniciativa encaminada a atajar esa continua sangría está de sobra, y será preciso que se repitan muchas para lograrlo.