Las pésimas sensaciones que trasmitió la Real ante el Nástic con un equipo que jugaba al paso trajo a muchos el recuerdo de aquel once con diez jugadores de la cantera -nueve menores de 25 años- y Delibasic que ilusionó y derrotó al mismo rival al que se enfrentará este sábado.

Tras la lesión en el minuto 4 de Gerardo, la Real jugó el mejor partido de la temporada con un once formado por Riesgo; Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, Castillo; Markel, Elustondo; Estrada, Xabi Prieto, Aranburu; Delibasic. Durante cinco minutos la Real jugo con once canteranos, al entrar Díaz de Zerio en lugar del montenegrino, y la afición disfrutó con un equipo que se comió al entonces líder, que presionaba arriba y recuperaba el balón en posiciones cercanas al área, que jugó a un ritmo altísimo y que enseñó a todos la vigencia del único camino que puede seguir la Real.

Justo el contrario del elegido por la Real desde la llegada de Badiola a la presidencia, que forzó la salida de Coleman, un galés que entendió en unos pocos meses mejor que muchos guipuzcoanos qué debía hacer este club. Una coherencia que hacía imposible que aguantara en la Real tras las elecciones.

Con la base del once que jugó contra el Málaga se encadenó una racha de cinco victorias, dos empates y una derrota sin necesidad de ningún fichaje que permitió despedir la primera vuelta en el cuarto puesto, a un punto del tercero y con una confianza y una seguridad que le posibilitó lograr buenos resultados también en los primeros partidos de Joserra Eizmendi.

Dos factores clave

Con la marcha de Coleman y la llegada de los fichajes, los más jóvenes que llevaron la ilusión ese día han sido los grandes perjudicados. En la segunda vuelta Markel no ha jugado ningún minuto y sólo entró en la convocatoria de Castellón. Elustondo jugó 138 minutos en los dos primeros partidos y desde entonces lleva once sin jugar, con sólo dos convocatorias.

Carlos Martínez sólo ha jugado en cuatro de los trece partidos de la segunda vuelta, en los que Dani Estrada sólo ha tenido 154 minutos. Lleva seis partidos sin jugar y el domingo ni se vistió cuando es el mejor recambio que tenía Lillo para suplir la baja de Xabi Prieto. Gorka Larrea lleva 42 minutos en la segunda vuelta pese a que dio un buen nivel cuando jugó en la primera demostrando que conoce una categoría en la que la pasada temporada disputó 28 partidos, quince como titular para llevar a Primera División al Almería. Lleva diez jornadas sin jugar y con una sola convocatoria.

También Ansotegi ha desaparecido de las listas en las últimas cuatro jornadas porque es más fácil dejar en la grada a los chavales, que son los que menos van a protestar. De los siete más jóvenes de la plantilla, sólo Mikel González y Xabi Castillo han jugado casi siempre, aunque en el caso del segundo se quedó sin convocar en el último partido de Eizmendi y querían fichar a David Castedo para su posición.

Y por supuesto, Agirretxe y Viguera, que habían tenido sus minutos con Coleman, no han entrado en ninguna convocatoria a pesar de que el primero era el objetivo de Gonzalo Arkonada con el compromiso de que iba a jugar en el Numancia y de que el segundo se ha salido en el Sanse toda la temporada.

No es cuestión de que jueguen once canteranos ni once chavales, pero ver a Martí y Novo en banda derecha cuando no están para correr mucho y a Estrada sentado en la grada es terrible. La Real necesita jugar a otro ritmo, con mayor intensidad y si se sumaron 17 puntos en los últimos ocho partidos de la primera vuelta fue porque en las segundas partes los rivales no podían con la intensidad, la agresividad y el ritmo de algunos de estos chavales.