José Luis Bilbao cerró ayer el ciclo de conferencias organizado la Fundación Sabino Arana bajo el título «25 años de la Ley de Territorios Históricos» con una intervención que, sin duda, creará polémica. En un momento en el que se refería a la situación del Ejecutivo de Lakua, afirmó que la fórmula del tripartito «ha caducado», está «acabada» y «no garantiza la gobernabilidad».

«Los números no dan y los comportamientos son los que son. Mi opinión es que este tripartito está agotado, ha tenido su momento, pero como todo en la vida tiene su tiempo y los yogures también caducan», agregó el diputado general de Bizkaia. Ante ello, dejó clara su apuesta: «Estoy convencido de que el futuro de este país pasa por articular un gran entendimiento que dé cauce de expresión política e institucional a la gran corriente mayoritaria de centro-izquierda que representa la centralidad en términos sociales».

Ese gran acuerdo, según dijo, no puede ser articulado «más que por el mundo socialista y el mundo nacionalista democrático». Indicó que no sabe si será posible «a corto plazo» por las «estrategias y necesidades electorales particulares e inmediatas», pero sí es de la opinión de que «este país necesita y nos exige un nuevo acuerdo entre vascos que permita superar el conflicto político que sigue hoy vigente. Un acuerdo entre vascos que nos permita convivir, compartir diagnósticos, sin imposiciones por parte de nadie».

Un país «enfermo»

«Un acuerdo que permita construir un nuevo marco jurídico-político con garantías de respeto y cumplimiento para evitar lo ocurrido en tantas ocasiones con el Estatuto. Para que esto sea posible es necesario que ambas partes estén dispuestas a ello y hoy por hoy no parece que el Partido Socialista esté por la labor», lamentó, aunque apuntó que «todavía hay tiempo, pero cada vez menos».

Por contra, rechazó la acumulación de fuerzas soberanistas o lo que vino a denominar «un Lizarra II», un acuerdo que, a su juicio, resultó un «estrepitoso fracaso porque se cometió el error de no contar con la enfermedad grave que sigue padeciendo la sociedad vasca».

«Mientras haya quienes pretenden una construcción nacional destruyendo la nación que dicen defender; mientras cada acción de ETA siga provocando auténticos terremotos entre las formaciones políticas democráticas en un espectáculo con el que se frotan las manos los terroristas y quienes les jalean y apoyan; mientras exista miedo en muchos momentos a levantar la voz y a significarse; mientras que un minuto de silencio en San Mamés por un asesinato sea motivo de agrias discusiones; mientras estas situaciones se sigan dando, este país seguirá estando enfermo», manifestó.

Añadió que «yo no comparto con ellos ni los medios ni los fines. Mi Euskadi no es la suya porque no existe idea, patria, religión o lo que sea por lo que merezca la pena matar».

A preguntas de los asistentes, el responsable foral señaló que le parece «muy buena y positiva» la iniciativa del lehendakari de intentar llegar a un acuerdo con el Gobierno español, aunque apuntó que las fechas fijadas «quizás sean un corsé». Y sobre la consulta comprometida por Juan José Ibarretxe, indicó que debe servir «para unir y no para separar», al tiempo que rechazó llevarla a cabo mientras ETA siga actuando.