Maskarada termina esta noche la gira de «Picasso 1937, historia del Guernica»
I.A. | GASTEIZ
Desde su estreno en tierras norteamericanas, “Picasso 1937, Historia del Gernika” ha ido cosechando una excelente aceptación, facilitada, en parte, por la universalidad del cuadro de Picasso en el que se adentra. Carlos Panera, director de la compañía, explica que, pese al proceso internacional que ha tenido el trabajo, siempre ha existido «la búsqueda del primer referente: el pueblo de Gernika». Por eso, han escogido la localidad vizcaína, que ya visitaron en enero del año pasado, para representar la última función. Y será precisamente esta noche, la víspera del 71 aniversario del bombardeo que inspiró el cuadro, cuando el Lizeo Antzokia acogerá el trabajo de Maskarada. Panera descubre, sin embargo, que existe algún interés «que colea» y que puede hacer que se represente alguna vez más.
El director de la obra destaca varios aciertos del trabajo. El primero de ellos es que se trata de una obra de futuro. Panera asegura que el trabajo ha servido para dar a conocer cómo surgió el cuadro. «Es un icono muy conocido, pero no se sabe, por ejemplo, que fue un encargo del Gobierno de la República para el pabellón universal de la Exposición de París de 1937».
El homenaje realizado a los intelectuales que estuvieron movilizándose contra la sublevación militar fascista es otras de las características que el director subraya. Asimismo, defiende que la obra entra de lleno en el contraste de lo que significa el arte por el arte y el arte como compromiso.