Matthew McConaughey, que en esas absurdas clasificaciones de Hollywood aparece como el actor sexualmente mejor dotado, se pasa toda la película sin camiseta y enseñando sus ejercitados pectorales. No sé si eso es bastante reclamo como para que esta superproducción comercial funcione en taquilla, pero, por si acaso, la promoción cometió el fraude, tantas veces repetido, de aplicar el fotoshop al busto de la actriz Kate Hudson hasta aumentar sus senos en proporciones desorbitadas. Para comprobarlo no hay más que fijarse en el trucado cartel de la película y, luego, hacer una simple comparación con las fotos o el trailer que la muestran luciendo moreno ocasional bajo un bikini negro, nada abultado en su pieza superior. No sirve preguntarse por qué no han cogido directamente a una actriz más exuberante, debido a que querían explotar el éxito de recaudación que esta misma pareja tuvo con una cosa llamada «Cómo perder a un chico en diez días». En la Warner se han gastado 85 millones de dólares para que Matthew y Kate emulen a Michael Douglas y Kathleen Turner en una película de aventuras, humor y romance, con búsqueda de tesoro incluida, al estilo de «Tras el corazón verde».