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Los maoístas reiteran su apoyo al proceso de paz pero no renuncian a la lucha armada

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La guerrilla maoísta está ya a las puertas del poder después de haber vencido en las elecciones. Y su ascenso al Gobierno llevará consigo la inmediata salida del rey y la transformación del actual sistema monárquico en una República Federal. «En la primera reunión de la Asamblea Constituyente se pondrá fin a la monarquía. Quiero dejar claro que no habrá vacilación sobre esta cuestión, y sería bueno que el rey Gyanendra se retirara voluntariamente», afirmó el líder guerrillero Prachanda.

Tan sólo año y medio después de que se acordara el final del conflicto armado, que costó la vida a 13.000 personas, los maoístas ganaron ampliamente en los comicios del pasado 10 de abril. Así, quienes Washington calificaba de «terroristas» ocuparán un tercio de la Asamblea Constituyente, que será la encargada de redactar una nueva Constitución y enterrar la única monarquía hindú del mundo.

Con 217 asientos, disponen de mayoría simple, pero no absoluta. Ello les obliga a formar Gobierno con el partido Congreso Nepalí, que habría obtenido 107 escaños, y con el Partido Comunista de Nepal, que tendría 103 representantes. «Constituiremos el Gobierno, de eso no hay duda», indicó Dinanath Sharma.

Un rey, en horas bajas

Pero pese al abrumador e inesperado triunfo electoral y a las llamadas para que el monarca deje el trono «elegantemente», Gyanendra, de 60 años, se niega a exiliarse en el país vecino. Descendiente de la dinastía del Sha, de 239 años de antigüedad, en dos años perdió todas las prerrogativas, incluidas las jefaturas del Estado y del Ejército. En la actualidad, vive recluido en su palacio, que ya ha sido nacionalizado, al igual que todos sus bienes. El himno nacional nepalí también ha dejado de mencionarlo y su imagen ha desaparecido de los edificios oficiales y de las monedas.

Acorralado por el levantamiento de abril de 2006, renunció a los poderes absolutos que había asumido un año antes para «acabar con la insurrección de los maoístas». Éstos acusan a los monárquicos y, en particular, a los generales del Ejército, que no se ha sumado al proceso de paz, de estar maquinando un golpe de Estado. Gynendra cuenta aún con seguidores en la frontera con India, que lo consideran la reencarnación del dios hindú Vishnou.

En una rueda de prensa ofrecida ayer tras la reunión que mantuvo con representantes de los países que conceden ayuda económica a Nepal, entre ellos Estados Unidos, Prachanda declaró, en tono ambiguo, que no pueden «renunciar a todo tipo de violencia, pero acabaremos con la violencia reaccionaria». No obstante, reiteró su deseo de «liderar el proceso de paz y crear un modelo a través del cual renunciemos a la violencia».

Su portavoz, Krishna Bahadur Mahara, redujo el tono de estas declaraciones al recordar que Prachanda se ha comprometido con la paz. «No podemos prever una vuelta las armas en estos momentos», señaló. Los maoístas siguen en la «lista de organizaciones terroristas» de EEUU.

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