Sarkozy combate el déficit público rapiñando de las carteras de las familias con hijas e hijos adolescentes
Al cumplirse el primer año del mandato presidencial de Nicolas Sarkozy la queja más extendida entre los ciudadanos del Estado francés es la caída libre de su poder adquisitivo. El líder conservador se dice sensible a esa preocupación, pero sigue adelante con sus reformas. Desde el 1 de mayo combatirá el déficit público arrascando aún más el bolsillo de las familias con hijos.
Maite UBIRIA
Las ayudas a las familias, las llamadas allocations familiales, han sido uno de los signos distintivos del estado del bienestar francés. Sin embargo, el presidente que se propone incorporar a la República a la estructura de mando militar de la OTAN, rompiendo con la doctrina impuesta por el general De Gaulle, tampoco le hace ascos a desmontar una política social y de apoyo a las familias que se generaliza en el Estado francés a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Entre tantos anuncios de medidas destinadas a reducir el déficit público y a aplicar una política de austeridad presupuestaria, la que entra en vigor este Primero de Mayo ha quedado en un segundo plano.
Sin embargo, no por ello deja de tener una importancia mayor para miles de familias. Efectivamente, la reforma del sistema de prestaciones a las familias llevará a éstas a percibir menos ayudas por los hijos adolescentes. Hasta la fecha, el sistema contemplaba que a partir de que el hijo o hija cumpliera los 11 años se elevara la prestación base (172 euros/mes) en 34 euros. Una segunda mejora, de 60 euros, se abonaba a las familias con hijos con edades comprendidas entre los 16 y los 20 años.
Sutilmente, los responsables de la Caisse Nationale d'Allocations Familiales (CNAF), pretenden explicar como una «corrección en el sistema de abono de las ayudas» lo que no es sino una reducción en toda regla de las cantidades que percibirán los padres y madres con hijos pre y adolescentes.
La CNAF suprime la prima de 34 euros prevista a los 11 años y establece una única prima de 60 euros por hija-hijo adolescente a partir de los 14. El resultado de la «correción» es que en el periodo de tres años en que se suprime la prima las familias dejarán de percibir 587 euros. Esa cantidad quizás no signifique demasiado para las arcas del Estado. Ni al parecer tampoco para el presidente de Nafarroa, Miguel Sanz, que se permite frivolizar con una «rebaja» de 400 euros en el IRPF afirmando que con tal cantidad «sólo se paga una cena». Sin embargo, en un contexto de encarecimiento de precios de productos básicos, de contención de salarios, de subida de cuotas de hipoteca, de rebajas en la Seguridad Social... ese ahorro a costa de las ayudas por hijos provocará más que un descalabro en las economías domésticas de miles de ciudadanos.
Y la cosa no acabará ahí
Desde las asociaciones de defensa de las familias se ha lanzado la voz de alarma sobre las repercusiones de esta medida por la que se suprimen tres años completos de prima por adolescente. También desde sindicatos como la CGT se advierte de que con la rebaja de las prestaciones familiares se apuesta por una política «que va en la línea opuesta a la promesa de actuar para mejorar el poder adquisitivo». Pero, ¿quién recuerda ya esa promesa de campaña? Desde luego no Nicolas Sarkozy, que se ha olvidado por completo de la que aseguraba que sería su prioridad.
En la entrevista televisiva organizada con motivo de cumplirse su primer aniversario en el Elíseo, el líder de la UMP dejaba claro que, aunque «se siente preocupado» por los desvelos de los franceses sobre la situación económica, su objetivo es que «se produzca más, porque en Francia no se trabaja lo suficiente». Así, las reformas, que le enfrentan con sectores cada vez más amplios, siguen adelante. El Gobierno galo empezó 2008 con una pírrica subida del 1% en las ayudas familiares, rebajará en mayo las primas y prepara un reajuste en las ayudas escolares. Y muchos temen que la rapiña a las familias no haya hecho más que empezar.