El reverendo Wright aparece en escena en el peor momento para Obama
GARA |
El resurgir en primera línea del antiguo pastor de Barack Obama, Jeremiah Wright, ha situado la cuestión racial en el centro del debate presidencial en un momento en el que el aspirante se esfuerza en seducir al electorado blanco obrero.
Desde el fin de semana, el reverendo aparece en todas las cadenas de televisión. Entrevista en la cadena pública PBS el viernes, sermón en una iglesia de Dallas el domingo, intervención ante la convención de NAACP (las más importante asociación negra de defensa de los derechos civiles) en la noche de ese día, invitado ayer del National Press Club de Washington: Wright está en todos los sitios e insiste en sus mensajes en el peor momento para Obama.
Tras sus fracasos en Ohio y Pennsylvania, su campaña vive una crisis. Los analistas insisten estos días en que hay un electorado blanco de edad que «nunca votará a un negro». Y en este contexto llega Wright.
Según un sondeo publicado ayer por la revista «Newsweek», el 41% de los estadounidenses aseguran haber cambiado desfavorablemente su opinión tras haber tenido conocimiento de los controvertidos sermones del reverendo. La gran mayoría de ellos comenzaron a oír hablar de él en marzo cuando comenzaron a circular por internet varios de sus extractos, entre ellos uno en el que recuerda que los ataques del 11-s se explican por el «terrorismo» de EEUU.
Ayer el reverendo se negó a pedir disculpas por haber asegurado que el sida pudo ser propagado por el Gobierno para diezmar a los negros. Recordó el affaire Tuskegee, la utilización desde 1932 de 400 negros como cobayas humanos en un experimento sobre la sífilis que les llevó a la tumba.
Obama se ha desmarcado del reverendo, del que destaca la fosa generacional. Pero muchos le recuerdan que fue quien les casó y bautizó a sus hijos y que el aspirante frecuento durante 20 años su iglesia de Chicago.