El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los dirigentes de 27 agencias y organismos de Naciones Unidas iniciaron ayer en Berna una reunión a puerta cerrada de dos días para acordar un plan de batalla contra la crisis alimentaria provocada por encarecimiento de los productos básicos.

La reunión viene precedida por las llamadas de alarma lanzadas por varios organismos internacionales, entre ellos la FAO, que considera sumamente grave la subida del precio de alimentos como el arroz y los cereales.

El relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, culpó de la situación a los biocombustibles y a la especulación financiera, junto a la política «aberrante» del FMI. La crisis puede afectar a cien millones de personas.