La ida de la final del Máster Pacharán Baines, disputada hace un par de semanas en el Labrit de Iruñea, sirvió no sólo para presenciar un buen partido de remonte -victoria de los navarros Uterga y Lizaso frente a los guipuzcoanos Juaristi e Iriarte (40-28)-, sino para realizar un exitoso experimento que puede resultar muy importante de aquí al futuro para las retrasmisiones televisivas pelotazales -Al menos, de remonte-: la entrada en escena de pelotas amarillas, como en el tenis, en lugar de las tradicionales en la pelota, de color blanco.

La idea se tejió desde la Fundación Remonte Euskal Jai, que se constituyó en 2004 para relanzar esta modalidad pelotazale, un trabajo que va desde la creación de escuelas hasta la toma de diversas medidas para la difusión del remonte. En este sentido, primero llegó la adaptación del material para jugar en frontones cortos, tales como el propio Labrit o el Beotibar de Tolosa, entre muchos otros. Ahora, en cambio, se trabaja para optimizar las retransmisiones televisivas.

Así las cosas, el 12 de abril se probaron pelotas de dos colores nuevos, granate y amarillo, con el fin de favorecer el seguimiento del juego. Y resultó que las amarillas fueron las que más y mejor y se vieron, tanto por remontistas como por el público del frontón y los telespectadores que presenciaron el primer duelo de la final.

«Hay que probar en Galarreta»

Visto lo visto, nunca mejor dicho, se pudo constatar que el color amarillo contrasta bien con cualquier tono oscuro, y se diferencia nítidamente de las líneas blancas que delimitan la cancha, todo lo cual es muy positivo para seguir la pelota por televisión, como explicó Koldo Aldalur, comentarista de pelota de Euskal Telebista. «Las pelotas granates no se vieron bien, pero las amarillas dieron muy buen resultado. Hay que probarlas en el frontón Galarreta, que tiene un suelo de color claro, pero en uno oscuro como el del Labrit, se veían perfectamente», destacó el periodista.

«Para la televisión esto es muy positivo: en la mano no tenemos este problema porque el juego es más lento, pero en el remonte, sí. Es la diferencia que hay entre ver pelotazos a 70 kilómetros hora que verlos a 130», añadió Aldalur.

Más allá de que el partido sirvió para que Uterga y Lizaso dejaran encarrilado un título del que se apropiaron definitivamente en el frontón Galarreta una semana después, el choque del Labrit pasó a la historia por ser el primero en el que se utilizaron pelotas de colores. En vista del éxito, seguro que la historia se repite.