«Si algunos hemos sido respetuosos con los árbitros, pese a sus actuciones, ésos hemos sido nosotros. Tratas de no identificar tanto error con nada personal, quieres pensar que es el azar, pero cuando hay tantos errores en la misma dirección... pues pasa que llega un momento en el que la paciencia tiene un límite».

Así comenzó su intervención Ziganda ayer en la sala de prensa de Tajonar tras ver cómo su equipo volvía a venirse de vacío tras sufrir otro atraco arbitral, esta vez en Valencia, y a manos del reincidente colegiado manchego Ontanaya López.

Con la de Mestalla, son ya unas cuantas decisiones del trencilla de turno que, poco a poco, están metiendo a la escuadra navarra en el pozo del descenso. «Hasta el día de hoy pensamos que imparten justicia, pero no pueden ser tan ligeros con unos y tan rígidos con otros», observó el Cuco.

Así, recordó los dos penaltis pitados en contra frente a Sevilla y Deportivo, el gol válido anulado el día del Recreativo, «decisiones tan importantes y claves en una temporada tan igualada que te perjudican de una manera ostensible, por lo que llega un momento en el que te planteas que ya no puede ser tanta casualidad».

Como dato significativo de que la situación es más que evidente, el de Larraintzar expuso que «hemos sido capaces hasta de poner de acuerdo a la prensa estatal deportiva por excelencia, un equipito como Osasuna, aquí perdidos en Pamplona. Fíjate cómo tiene que estar el tema, que se han dado cuenta de ello».

Efecto sobre la plantilla

Ante tanta injusticia, Ziganda exigió «un poco más de respeto» por parte del estamento arbitral y volvió a reincidir en que no creía que hubiera premeditación en las decisiones de los colegiados, si bien al ser interpelado sobre la tarjeta roja de Ricardo, comentó que «no pienso que haya manos negras, pero si no le quitan esa ya...».

Pero el problema no son sólo las consecuencias inmediatas de esta dinámica arbitral, sino el efecto que pueden causar sobre la plantilla llegada una fase decisiva del campeonato. El preparador osasunista reconoció que los suyos «acusaron demasiado el varapalo, no estuvimos bien pese al cúmulo de circunstancias adversas», por lo que tocará trabajar este aspecto entre semana, ya que «no tenemos tiempo para darle más vueltas, hay que limpiar la cabeza».

En ese sentido, el Cuco señaló que «los jugadores se van a olvidar rápido de esto y deben centrarse en venir con ganas a entrenar y sumar todos. Esto lo vamos a sacar porque tenemos mimbres para ello y porque nos lo merecemos».

Para ello, será necesaria la ayuda de todos y «aprender de nuestros rivales cómo preparan los partidos, con sus campos llenos, agotando el papel, sabiendo dónde están y lo que se están jugando».