Nuevo crimen de guerra de Israel en Gaza
Siete ciudadanos palestinos, entre ellos una madre y sus cuatro hijos, murieron ayer en un ataque del Ejército israelí en el norte de Gaza. La historia se repite y la justificación de Israel a lo que no son sino ataques militares criminales, no sujetos a ningún límite ni código, no puede ser más lamentable. El Gobierno israelí trató de endosar la responsabilidad sobre lo ocurrido a la resistencia palestina, acusándola de actuar en zonas densamente pobladas y de utilizar a los civiles como escudos humanos. Echando una simple mirada al mapa de la ocupación se puede comprobar que Palestina se ha convertido en un campo de concentración en el que Israel experimenta a diario prácticas de aniquilación, ya sea bloqueando el acceso de la población palestina a materias de primera necesidad, ya sea impidiéndole recibir la asistencia médica y otros servicios básicos, ya sea atacando zonas altamente pobladas con armamento de alto poder destructivo.
El ataque ocurrido ayer añade una dosis extra de dramatismo a una guerra de desgaste contra un millón de seres humanos que sobreviven a la violencia extrema en Gaza. El aspecto emocional de una acción de ese calibre es importante, pero a buen seguro asistiremos a la construcción de elementos de compensación destinados a presentar al Estado que ordena muertes de civiles como la única víctima real.