El inicio del diálogo reclamado insistentemente por Lakua al presidente español continúa sin fecha, pero desde Moncloa sí se confirma al menos que Juan José Ibarretxe será recibido antes del pleno del Parlamento de Gasteiz que se comprometió a convocar en junio, posiblemente a finales de mes. Fuentes del Ejecutivo español confirmaron ayer tarde a través de Efe que esa reunión se producirá, pero que aún no tiene fecha. A partir de ahí, habrá que ver cuál es la posición del lehendakari, que se ha mostrado dispuesto a modular su «hoja de ruta» si se produce el inicio del diálogo.

Los mandatarios de Madrid y Lakua sólo se han reunido una vez en La Moncloa desde que Ibarretxe puso fecha a la consulta para el próximo 25 de octubre. Fue el 16 de octubre de 2007, cuando Rodríguez Zapatero le trasladó su rechazo a la consulta y afirmó que su destino sería el mismo que el que corrió el llamado Plan Ibarretxe.

Las presiones de sectores del PNV, incluida su dirección, para que el lehendakari aparque sus planteamientos iniciales resultan además cada vez más evidentes. Ahí están las palabras de su máximo líder, Iñigo Urkullu, la pasada semana en Madrid, donde prometió que Ibarretxe «no va a plantear ninguna aventura ni ninguna barbaridad». El término «aventura» es el mismo que Zapatero usó en el debate de investidura para referirse a la iniciativa de Ibarretxe.

Una palabra y una reflexión que volvió a poner sobre la mesa anoche: «Diálogo, entendimiento y trabajo conjunto, sí, por el bien del País Vasco y del conjunto de España; aventuras, nunca». Lo dijo en el programa «59 segundos» de TVE cuando fue preguntado acerca de la «hoja de ruta» del mandatario autonómico.

Zapatero, que confirmó que celebrará ese encuentro antes del verano, declaró que «no va a haber esa consulta ni ninguna otra consulta en España que no respete el ordenamiento constitucional y las leyes». Según explicó, reiterará al lehendakari el mensaje que le trasladó en octubre: «Dialoguemos, hagamos cosas juntos, pero no se puede, y no va a suceder, que nadie rompa las reglas del juego y que nadie intente un proyecto que cada vez tiene menos apoyos en la ciudadanía vasca».