El derechista Alemanno arrebata la Alcaldía de Roma al centro-izquierda
El líder del derechista Pueblo de la Libertad y futuro primer ministro, Silvio Berlusconi, ha cerrado su rotundo triunfo en las elecciones generales celebradas en italia el 13 y 14 de abril, al obtener ayer la Alcaldía de Roma el candidato de su partido, Gianni Alemanno. Una victoria que fue una sorpresa, ya que en la primera vuelta de las municipales, hace quince días, el candidato del Partido Demócrata, Francesco Rutelli, había logrado una ventaja de cinco puntos sobre Alemanno.
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El candidato de la derecha al Ayuntamiento de Roma, Gianni Alemanno, ganó ayer la segunda y definitiva vuelta de las elecciones municipales al obtener un 53,6% de los votos emitidos, frente al 46,3% de los conseguidos por el ex alcalde y candidato del Partido Demócrata (PD), Francesco Rutelli, según los resultados definitivos publicados anoche por el Ministerio italiano de Interior.
Gracias a una cómoda ventaja de siete puntos, Alemanno arrebató la capital italiana al centro-izquierda, que la ha gobernado los últimos quince años. La Alcaldía estuvo en manos de Rutelli entre 1993 y 2001 y, posteriormente, de Walter Veltroni, líder del Partido Demócrata. La derecha y la democracia cristiana perdieron Roma en 1989, cuando Franco Carraro se convirtió en el primer alcalde socialista de Roma. De ahí que la primera reacción de Alemanno fuera: «hoy comienza una nueva fase para la ciudad».
«Triunfo histórico»
«Es un triunfo histórico que completa nuestra victoria», comentó el futuro primer ministro, Silvio Berlusconi, líder del partido Pueblo de la Libertad (PdL), al referirse al resultado obtenido por su candidato. Éste declaró que «tengo la firme intención de ser el alcalde de todos los romanos. Agradezco a quienes han votado por mí y también a quienes han hecho otra elección, que respeto».
Este resultado, sin embargo, es una catástrofe para el PD de Walter Veltroni, que ya sufrió una clarísima derrota en las legislativas de mediados de abril.
Gianni Alemanno, que fue ministro de Agricultura con Berlusconi, entre 2001 y 2006, ha puesto la guinda al giro a la derecha en Italia, tras las elecciones generales de hace dos semanas. Para los conservadores, haberse hecho con Roma supone la culminación de sus sueños, ya que además del Gobierno y la Cámara de Diputados y el Senado, también controla doce de las 19 regiones y Milán.
El futuro alcalde de Roma, de 50 años de edad, comenzó su carrera política en el Frente de Juventud del Movimiento Social Italiano (MSI), partido de corte neofascista del que llegó a ser su secretario nacional, y acabó en en el derechista Alianza Nacional, tras la refundación en éste del MSI.
Flanqueado por Berlusconi en su mitin de cierre de campaña, Alemanno basó su candidatura a la Alcaldía en el tema de la seguridad, el problema de la inmigración clandestina y la cuestión de la preservación de la identidad italiana. Ayer mismo, el futuro primer ministro italiano aseguró que «los romanos han elegido el programa de buen gobierno del PdL, cuyo objetivo consiste en combinar una mayor seguridad en Roma y la modernización de las infraestructuras urbanas».
Francesco Rutelli, el perdedor, atribuyó su derrota precisamente a las cuestiones ligadas a la seguridad en Roma, en especial después de que en las últimas semanas se registrasen varios actos violentos imputados a extranjeros, con gran eco en los medios de comunicación. Esto contribuyó a endurecer a batalla entre ambos candidatos, con la derecha acusando al centro-izquierda de «laxitud» en materia de criminalidad e inmigración.
Alemanno prometió expulsar a 20.000 inmigrantes en situación irregular con antecedentes judiciales, mientras que Rutelli se comprometió a refrozar las medidas de vigilancia y prevención para hacer frente a la criminalidad.
«Enorme amargura»
Los últimos actos violentos en Roma fueron «fuertemente instrumentalizados», a juicio de Francesco Rutelli, que reconoció que ayer sufrió «una derrota y una enorme amargura».
El líder del PD y hasta ahora alcalde de Roma, Walter Veltroni, también habló de una «derrota muy grave», que no puede dejar de sentir «con particular intensidad y amargura personal y política».
Veltroni, que agradeció a Rutelli su trabajo «generoso y su compromiso y amor por la ciudad», opinó que la actual derrota requiere «ya, desde las próximas hroas, un análisis serio y en profundidad».
Se trataba de la primera prueba para el centro-izquierda tras la derrota en las legislativas y, como temían las direcciones políticas de ambas opciones, sobre todo el PD, que es quien lo ha padecido en particular, la participación de la ciudadanía sufrió una reducción de diez puntos con respecto a la primera vuelta, ya que sólo el 63% acudió a votar, frente al 73,5% de hace dos semanas. Muchos romanos dejaron la capital aprovechando el soleado fin de semana y el puente del 25 de abril (fiesta de la liberación del nazi-fascismo).
Ya en la primera vuelta, el PD sufrió un inesperado revés al tener que someterse a una segunda elección con el candidato del PdL, ya que pensaba mantener la Alcaldía sin necesidad de tener que volver a las urnas. Entonces, Rutelli se hizo con el 45,8% de los votos, mientras que Alemanno consiguió el 40,7%.
Recordando los orígenes políticos neofascistas de Alemanno en el MSI, la izqueirda había hecho un llamamiento a la movilización contra la elección de un «alcalde fascista» y la «vuelta de la marea negra» en Roma.
El último alcalde de la capital, Veltroni, dimitió a mediados de febrero, antes de que finalizara su segundo mandato de cinco años, para presentarse como candidato a la jefatura del Gobierno. En 2006, salió elegido en la primera vuelta, tras conseguir un 61,4% de los votos frente al 37% de Alemanno.
Para la derecha, hacerse con Roma es la culminación de sus sueños, ya que además del Gobierno y la Cámara de Diputados y el Senado, controla 12 de las 19 regiones y la otra gran ciudad italiana, Milán.
Los comunistas estarán ausentes por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial en el Parlamento italiano, pero en Roma la sección «Che Guevara» del partido Rifondazione Comunista (PRC) quiere seguir defendiendo sus ideas pese a la derrota de las legislativas y las municipales.
En su pequeño local de una popular calle de Roma, protegido con una persiana metálica decorada con un inmenso retrato del Che, Luca Fontana, secretario de la sección, dice que «perdimos las elecciones y, por primera vez, nuestro símbolo», la hoz y el martillo, «estará ausente» y «no habrá un partido capaz de hacer soñar a la gente, de decir que quiere otro mundo y que el sistema capitalista le disgusta».
El PRC y sus aliados se agruparon en la lista Izquierda-Arco iris (SA). Su símbolo eran los siete colores del arco iris, sin martillo ni hoz.
Fontana añade que «para los militantes, la desaparición de nuestro símbolo se vivió como una traición. Por eso no nos votaron». Él y sus amigos reprochan a Fausto Bertinotti, líder histórico de Rifondazione, haber traicionado sus ideas y haber calificado el comunismo de «tendencia cultural». Responsabilizan del «catastrófico» resultado electoral a los dirigentes del partido, por lo que creen que deberían irse tras el congreso del próximo verano. «Estos últimos años, Bertinotti parece haber demostrado que no servimos para nada», afirman, ya que «todas las cuestiones a las que nos oponíamos -la guerra en Afganistán, la reforma de las pensiones o la ampliación de las bases de EEUU en Italia- fueron finalmente aprobadas por el Gobierno, uno de cuyos aliados era el PRC. «No somos ya creibles después de estos años de prostitución política», por lo que abogan por partir de cero.
La decimosexta legislatura italiana se abre oficialmente hoy con la primera reunión de las dos cámaras del Parlamento, que comenzarán con la votación para elegir a sus respectivos presidentes.