El salto en cuanto a calidad buscado a comienzos de temporada ha estado a punto de volvérsele en contra a un Txingudi que ha sufrido más de la cuenta.

Una vez concluida la temporada supongo que el balance no puede ser positivo...

La temporada ha sido muy negativa. Teníamos mucha confianza en la plantilla que confeccionamos, teníamos unos objetivos claros, no se ha cumplido ninguno y la única cosa que nos queda es que, de lo malo malo, hemos salvado la categoría con dos semanas de antelación. Desde luego, el resumen es el de una temporada para olvidar rápidamente.

¿Saben ya cuál ha sido el error cometido en una de las temporadas más ambiciosas?

Vamos a esperar unos días para hacer un análisis entre todos los estamentos del club, preparadores físicos, técnicos, directivos... y buscaremos cuáles han sido los porqués de todo esto. Así, a bote pronto, lo que pensamos es que era un equipo muy bueno técnicamente hablando, pero con carencias en el carácter combativo. Eran chicas muy buenas, muy trabajadoras, pero a la hora de competir en la cancha está claro que se necesita un algo más que nos faltaba.

¿Ha podido ser que la plantilla no ha asimilado el salto que se ha querido dar en el club confeccionando una plantilla de gran calidad pero con otras carencias?

Hemos fichado un equipo de jugadoras muy «hijas de María». Muy buenas personas, que han sufrido, que no nos han dado ningún problema extradeportivo, pero no teníamos a nadie que pudiera liderar al equipo desde la cancha y poner las cosas en su sitio, alguien que dijese «esto no puede ser». Por mucho que los entrenadores lo intentaran hacer desde el banquillo, nos faltaba alguien que dijera, «bueno chicas, no nos puede ganar este equipo, no nos puede ganar Zaragoza». Nos acomodábamos, pensábamos qué buenas somos y qué bien nos llevamos y eso en deporte de elite no se puede dar ya.

También sorprendió el relevo en el banquillo, destituyendo a un hombre de la casa como Jon Txakartegi para sustituirlo por Manel Sánchez.

El cambio de entrenador se produjo porque no puedes cambiar a diez jugadoras. Siempre la cuerda se rompe por el lado más débil y en este caso es el técnico. El entrenador había hecho el equipo exactamente como él había querido y llegó un momento que no lo controlaba, el equipo no respondía a lo que él quería de ellas. El cambio de entrenador fue motivado por eso y lo que buscábamos fue un entrenador con más carácter, que impulsara y desde fuera les metiera ese carácter que ellas no tienen. En principio a Manel le costó mucho pero a veces lo consiguió. Como decía él, «con jugadoras tan buenas era muy difícil sacar agresividad».

¿Habrá muchos cambios de cara a la temporada que viene?

Hay una circunstancia importante, que se ha abierto el proceso electoral del club y, de momento, no se pueden tomar decisiones. Hay que ver qué candidaturas se presentan, quién va a estar dirigiendo este club. Cuando se vea lo que pasa se tomarán decisiones.

¿Se presentará a la reelección?

Es una decisión que vamos a tomar tras estos días de reflexión. Parece que hay rumores de que va a haber nuevas candidaturas y, esté uno o esté el otro, el club continuará. Queremos analizar lo que ha pasado este año y ver los apoyos que tenemos de cara a los próximos cuatro años.

¿Tras varios años tan buenos, éste ha sido un paso atrás para coger impulso?

El año pasado hubo clubes de elite guipuzcoanos que todos conocemos que hicieron una temporada mala-mala y bajaron. Nosotros hemos hecho una temporada mala-mala pero nos hemos mantenido. Estamos en esta categoría y hemos aprendido muchísimo. Si sigue la misma gente, por lo menos parte de la misma junta directiva, de lo que hemos aprendido se deben sacar consecuencias para que no vuelva a pasar.

¿Con el tiempo se valorará más el haber conseguido estar otro año en la elite?

Hemos tenido años muy buenos pero el baloncesto femenino avanza a pasos de gigante, el nivel y los presupuestos han subido muchísimo. Para que te hagas una idea, muchos medios han criticado a nuestras jugadoras pero te puedo garantizar que cuatro de ellas tienen ofertas por el doble o el triple de dinero. De ahí se entiende que no son malas jugadoras y posiblemente podrán disfrutar en otros equipos con otras compañeras.