Secuestro del «Playa de Bakio»
La tripulación despierta de su pesadilla y regresa hoy a casa
Los tripulantes vascos del «Playa de Bakio» se encontrarán por fin hoy con sus familiares y amigos en el aeropuerto de Loiu, al que tienen prevista su llegada a las 11.30 de la mañana. Ayer, tras atracar en el puerto de Victoria, en las Islas Seychelles, la tripulación dio a conocer los primeros detalles de lo ocurrido a lo largo de los siete días que permanecieron en manos de los piratas: «No nos llegaron a golpear, pero hemos recibido un trato vejatorio».
Anjel ORDÓÑEZ | BILBO
Tras 72 horas de travesía por aguas cuyos peligros bien conocer y a pesar de los desperfectos causados por el asalto de los secuestradores al atunero vasco, en la mañana de ayer atracaba sin novedad en el puerto de Victoria de las islas Seychelles el «Playa de Bakio», en compañía de la fragata de la Armada española «Méndez Núñez».
Se cerraba así el penúltimo capítulo de la pesadilla que han vivido los 26 tripulantes (trece africanos, ocho gallegos y cinco vascos) que comenzó la noche del 20 de abril, cuando el atunero con base en Bermeo era asaltado a golpe de lanzagranadas por un grupo de piratas, cuando faenaba a a 250 millas de la costa somalí.
A pesar de que han transcurrido ya tres días desde su liberación, la tripulación no ha tenido tiempo de sobreponerse a la tensión vivida en los siete días de cautiverio. Ayer, poco después del amarre en puerto, el patrón del barco, el gallego Amadeo Álvarez, afrontaba su primera comparencia ante los medios de comunicación visiblemente emocionado.
De hecho, y tras un inicial agradecimiento a la fragata por servirles de escolta por una zona que algunos marineros no han dudado en calificar como «abismo de piratas», la angustia le arrebató el habla y le obligó a interrumpir su discurso por unos momentos.
Una vez recuperado, y tras completar el apartado de agradecimientos dirigidos a aquellos agentes que han hecho posible la liberación sana y salva de la tripulación, relató que durante el tiempo que ha durado el secuestro sus captores no llegaron a golpearles, pero sí les dispensaron un trato «bastante vejatorio».
También confirmó que las comunicaciones desde el barco fueron pocas y muy breves porque los piratas así lo disponían.
Más tarde, el patrón de costa, Ignacio Abal, regresaba al momento del asalto y relataba cómo el proyectil de un lanzagranadas disparado por los piratas entró por una de las portillas (ventana) del buque, atravesó por babor el puente de mando y salió por estribor. El disparo ha dejado su huella en el casco del barco, y el marinero afirmaba que «no quiero ni imaginar qué habría ocurrido si alguno de nosotros se cruza con la trayectoria del proyectil».
Ecos falsos en el radar
También desveló que la noche del secuestro, el radar del pesquero detectó «ecos falsos», que son producidos por el oleaje del mar y pueden ser confundidos con el movimiento de una pequeña embarcación, como la empleada por los piratas, «de ahí que no saltara la alerta», añadía Abad.
El estrés, la tensión y la angustia han afectado al conjunto de la tripulación del «Playa de Bakio» a lo largo del secuestro, aunque no todos reaccionaban de igual manera. Algunos han llorado, muchos sentían un fuerte malestar o intensos dolores de cabeza, caso este último de Abal, que no olvidará fácilmente los «gestos amenazantes» de los piratas.
«Había que obedecerles en todo y te hacían la señal de cortarte el cuello», apunta el patrón de costa, que, como el resto de sus compañeros, avanza que tomarán ahora un pequeño descanso y luego regresarán de nuevo a su trabajo en la mar.
Al puerto de Victoria, el más importante de las islas, acudieron numerosos periodistas y representantes del Gobierno español. También lo hizo, no sin cier- tas dificultades para subir al barco, Jayson Drine. Es el padre de Guito Nourci, uno de los marineros liberados, natural de Seychelles y que lleva trabajando cuatro años en el «Playa de Bakio».
Tras fundirse en un abrazo con su hijo, declaró que a él no le ha llamado nadie y que se ha enterado de los avances de la negociación por la prensa. «Si no llega a ser porque había tripulantes españoles, todo hubiera sido más largo», manifestó.
En el puerto también se produjo, entre abrazos e intensas muestras de alegría, un emocionado encuentro entre los marineros liberados y los que componen el relevo que les sustituirá en las labores de pesca en el ``Playa de Bakio'', una vez que el buque sea reparado en puerto de los numerosos desperfectos causados por el ataque.
El estado de salud de los tripulantes del atunero congelador es satisfactorio -según se desprende del reconocimiento médico realizado a bordo de la fragata «Méndez Núñez»-, aunque ayer mismo estaba previsto que se les realizase otras revisión más pormenorizada.
La tripulación emprendió ayer el camino de casa en un Boing 707, que, tras hacer una escala técnica para repostar combustible, tenía previsto aterrizar en la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid). Desde allí, los marineros vascos tomarán otro avión que se espera que aterrice en el aeropuerto de Loiu sobre las 11.30 de la mañana.
La UE anunció ayer que desarrollará un estudio para determinar las maneras más efectivas para luchar contra la piratería marítima y que apoyará la persecución de las embarcaciones piratas hasta adentrarse en aguas territoriales de Somalia.