«La defensa antiaérea abjasa ha derribado en las últimas horas dos aviones espías georgianos no tripulados», aseguró ayer Sergei Bagapsh, líder de esa república georgiana, a la agencia rusa Interfax. Los aviones fueron abatidos cuando sobrevolaban a unos 7.000 metros de altura las regiones de Ochamchira y Gali, ambas limítrofes con Georgia y la última habitada mayoritariamente por georgianos.

Las autoridades abjasas informaron de que buscan los restos de los aparatos con el fin de mostrarlos como evidencia a los representantes de la ONU en la región. Al parecer, los aviones eran de la misma clase del que fue abatido el pasado 20 de marzo: un Hermes-450, fabricado por la compañía israelí Elbit.

Según fuentes militares abjasas, cuatro aviones espía georgianos han sido derribados desde el pasado 18 de marzo. «Las últimas acciones de las autoridades georgianas confirman su intención de iniciar operaciones militares contra la república de Abjasia», denunció Ruslan Kishmaria, jefe de la región de Gali.

El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores confirmó el abatimiento de los dos aparatos georgianos que «realizaban vuelos no autorizados en la zona de seguridad». «Las autoridades georgianas han aumentado de forma deliberada la tensión en la región. Toda la responsabilidad sobre las consecuencias de tal deriva recaerán en la parte georgiana», señaló en un comunicado oficial.

Por su parte, el portavoz del Ministerio del Interior georgiano, Shota Jizanishvili, calificó de «mentira» el anuncio del derribo de sus aviones. «Ningún avión georgiano sobrevoló Abjasia, por lo que nadie pudo haberlo derribado», señaló. Tras un incidente similar ocurrido a mediados de marzo, Georgia denunció que su avión espía había sido derribado no por un avión abjaso, sino por un caza ruso, y mostró imágenes para respaldar sus acusaciones.

Actos hostiles

Ayer el Gobieno georgiano acusó a Moscú de preparar una intervención militar y aseguró que sus aviones continuarán sobrevolando Abjasia. En marzo, el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, acusó a Rusia de cometer «un acto hostil inadmisible, que pisotea las normas del derecho internacional». «Sobre Abjasia volaron, vuelan y volarán aviones georgianos que no representan peligro alguno para la población, ya que no van equipados con armamento», señaló Saakashvili. A su vez, Moscú acusó a Tibilisi de violar con esas incursiones los acuerdos de alto el fuego de 1994.