Nicolas Sarkozy cumplirá mañana un año en la presidencia de la República francesa, donde llegó con un contundente 53% de los votos de un electorado deseoso de salir del inmovilismo de la era Chirac. Sin embargo, doce meses después, los excesos mediáticos, su afición a los golpes de efecto, las polémicas y la falta de resultados concretos para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos lastran su popularidad

En tan sólo un año de estancia en el Elíseo, Sarkozy ha cosechado una tasa histórica de impopularidad y ha conseguido que un 55% de franceses no lo quiera ver como candidato en las elecciones presidenciales de 2012. El 60% de la opinión pública considera, en definitiva, un «fracaso» este primer tramo del quinquenio sarkozysta.