Aumenta la desesperación, mientras el Ejército logra llegar a Wenchuan
En una auténtica carrera contra el tiempo, los equipos de rescate trataban de sacar de entre toneladas de escombros a las miles de personas que aún seguían atrapadas. El número de muertos aumentaba cada hora. Además, el Ejército logró acceder al epicentro del terremoto, en el condado de Wenchuan. Las primeras noticias que llegaron de allí hablaban de 500 fallecidos. Se estima que más de una tercera parte de los edificios quedaron destruidos.
GARA |
Como se temía, el número de fallecidos en el terremoto del lunes supera ya los 12.300 en Sichuan, la tercera provincia más poblada de China con 87 millones de personas. Además, las autoridades elevaron ayer la magnitud del seísmo a 7,9 grados en la escala de Ritcher.
Las imágenes que llegan de las zonas afectadas hablan por sí mismas. Miles de personas seguían atrapadas bajo los escombros a la espera de que los grupos de rescate las sacaran de allí. Algunos de los supervivientes pudieron utilizar su teléfono móvil para avisar a sus allegados y facilitar su localización.
En esa situación están más de 18.600 personas en Mianyang, a tan sólo a cien kilómetros del epicentro. En esta localidad de 264.000 habitantes, confirmaron la muerte de 3.629 personas. La corresponsal de la cadena qatarí Al Jazeera subrayó que los soldados tuvieron que acceder al lugar en paracaídas o caminando porque las carreteras estaban intransitables por las rocas desprendidas de las laderas y los árboles caídos.
En la vecina Mianzhu, encontraron 3.000 muertos mientras que casi 5.000 personas seguían sepultadas bajo los escombros. A este trágico panorama, se le unía el bloqueo de las vías de entrada y salida por los desprendimientos de tierra.
La agencia estatal Xinhua indicó que los equipos de rescate, compuestos por unas 1.300 personas, pudieron llegar ayer por la tarde al epicentro del terremoto, en el condado de Wenchuan. Según estimaciones de las autoridades provinciales de Sichuan, el terremoto destruyó más de la tercera parte de los edificios y viviendas en este condado. La agencia Nueva China informó del hallazgo de, al menos, 500 cuerpos.
El mal tiempo y el precario estado de las carreteras, cerradas por la caída de rocas y de lodo, dificultaban todavía más las labores de rescate e impidieron que el lanzamiento de ayuda desde el aire. Por su parte, el Ministerio de Sanidad hizo un llamamiento urgente a donar sangre para atender a los heridos.
El primer ministro Wen Jiabao, mientras tanto, ordenó a las tropas que limpiaran las vías y retirasen todos los obstáculos para las 12.00 del mediodía de ayer. En los casos en los que no pudieron cumplir la orden, soldados de la unidad militar de Chengdu optaron por ir a pie.
Emplazamiento de Wen
Wen, geólogo de profesión, siguió de cerca los trabajos de rescate visitando muchos de los edificios derrumbados. Megáfono en mano, se dirigió a las personas aún atrapadas bajo las ruinas para pedirles que tengan coraje e intenten aguantar lo máximo posible hasta que los servicios de salvamento puedan rescatarles. Exigió también que no se desperdicie ni un minuto en aras a rescatar con vida al mayor número de personas y se inspeccione cada esquina en busca de gente. «Mientras exista un halo de esperanza, trabajaremos lo mejor que podamos para salvar a las víctimas», prometió ante la escuela de secundaria de Juyuan, donde casi mil estudiantes quedaron atrapados después de que el inmueble, de tres plantas, se viniera abajo. Ya se han recuperado más de medio centenar de cadáveres.
Sólo unos pocos que a esa hora estaban en clase de gimnasia o haciendo ejercicio fuera del centro lograron escapar.
Los dos hijos de Zou Xingrong continuaban entre los escombros. Ella también estaba en el edificio principal de la escuela cuando se produjo el terremoto, a las 14.48 hora local. En declaraciones al diario «China Daily», relató que estaba reunida con el tutor de su hijo, a punto de graduarse, cuando sintió temblar la tierra. Ella consiguió salir al estar más cerca de las escaleras que su hijo. «Cuando me di la vuelta, el edificio completo estaba destruido», remarcó sin apenas poder contener la emoción.
La televisión estatal china CCTV ofreció imágenes de heridos atendidos en plena calle, familiares angustiados ante las puertas de la escuela por la suerte de sus parientes desaparecidos y de grúas retirando bloques de hormigón y acero.
Siguiendo el ritual fúnebre, en el mismo lugar o en las inmediaciones, fuera del cordón de seguridad, colocaron velas e incienso para proteger a las víctimas de los malos espíritus.
Además de en Juyuan, en Beichuan, un millar de alumnos y profesores murieron o fueron sepultados tras el derrumbe del centro educativo, de siete pisos.
«Sólo rezo para que mi niño esté a salvo», exclamó una madre a la agencia Xinhua.
Remarcó que muchos padres rompieron a llorar cuando una grúa rescató a una joven que había perdido las dos piernas. Los equipos de rescate trabajaban a destajo para hallar a personas con vida.
En las últimas 25 horas, Sichuan, situada en una región de frecuente actividad sísmica, ha experimentado casi dos mil réplicas. Según resaltó Nueva China, en Chengdu se sintió una fuerte réplica de 6,1 grados, cuyo epicentro también estuvo en Wenchuan. «Ha sido la réplica más fuerte», destacó un empleado de la oficina sismológica.
Tras el peor terremoto en 32 años, muchos se preguntan ahora, como señalan algunos medios de comunicación, si el país sigue estando mal preparado para este tipo de catástrofes.
«China Daily» afirmó que sismólogos habían advertido hace cinco años que, tarde o temprano, ocurriría algo así. Además, días antes observaron en la zona extrañas migraciones de animales como, por ejemplo, de sapos.
Las críticas motivaron las explicaciones de expertos en una rueda de prensa celebrada por el Consejo de Estado. «La tierra es impredecible, solamente fueron especulaciones», resaltó Zhang Xiaodong. Añadió que la relación entre desplazamientos de animales y seísmos «sigue siendo un asunto muy vago».
2008 debería ser un año positivo para China. Pero, a menos de 90 días para la apertura de los Juegos Olímpicos, el país ha sufrido este trágico terremoto.
El número 8, sinónimo de «oportunidad» para los chinos, parecía prever un buen 2008, el año de la rata, el primero de los 12 animales que componen el zodiaco chino. Además, la apertura se celebrará el día ocho del mes número ocho a las ocho de la tarde. Pero, en contra de las creencias populares, éste parece «el año de todos los males».
A principios de año, más de un centenar de personas perdió la vida en las peores nevadas en medio siglo.
En marzo, las manifestaciones en favor de la soberanía de Tíbet estallaron en Lhassa en el aniversario de la fallida rebelión de 1959. Las protestas se extendieron a otras regiones con minorías tibetanas, ahora afectadas por el seísmo. El Ejecutivo tibetano en el exilio en India denunció la muerte de 203 personas, mientras que Beijing acusó al Dalai Lama de instigar las movilizaciones, que generaron una campaña internacional en favor de Tíbet. El paso de la llama olímpica se vio seriamente obstaculizado por las protestas, sobre todo en Londres y París, e, incluso, tuvo que cambiar el recorrido. Algunos mandatarios europeos amenazaron con boicotear esta cita deportiva no asistiendo a la ceremonia inaugural. El director de cine Steven Spielberg renunció a participar en los Juegos bajo el argumento de que China no ejerce suficiente presión contra su aliado sudanés para acabar con la dramática situación en Darfur.
Pese a todo, el Ministerio de Exteriores aseguró que «el espíritu de la nación china va a animarnos para hacer un buen trabajo en los Juegos Olímpicos».
Los osos pandas gigante de la reserva de Wolong, a 30 kilómetros del epicentro, están «bien y seguros». Es el mayor centro de conservación, investigación y reproducción de esta especie, en peligro de extinción. Sin embargo, se desconoce el estado de más de 1.590 osos que viven en libertad.
Chengdu, capital de Sichuan, revivió ayer las escenas de pánico tras sentir cómo la tierra se movía de nuevo. La oficina de sismología registró la «réplica más fuerte» hasta el momento; 6,1 grados en la escala de Ritcher. El epicentro volvió a estar en Wenchuan.
Economistas auguran un aumento de las tensiones inflacionistas en China, aunque consideran que el seísmo no tendrá grandes repercusiones en la industria y el comercio exterior, ya que la economía de Sichuan se basa en la producción agrícola.
Myanmar también vive sus peores horas tras el paso hace diez días del ciclón Nargis. No obstante, ni la trágica situación de la población ni las críticas internacionales hacen peligrar la continuidad de la Junta Militar. «El generalísimo Than Shwe y su número dos, Maung Aye, ya han mostrado con anterioridad hasta qué punto son capaces de resistir», subrayó León de Riedmatten, representante en Bangkok del Centro para el Diálogo Humanitario y mediador entre el Gobierno birmano y la opositora Aung San Suu Kyi.
«Aunque esta crisis es más dramática que la causada en setiembre por las protestas de los monjes budistas, no estoy seguro de que ponga entredicho la influencia de los generales sobre el país», manifestó.
Shwe, en el poder desde 1992, ha recibido implícitamente el apoyo de China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU. Además, en nombre de la no injerencia en los asuntos internos de los países miembro, la ASEAN, de la que Myanmar forma parte, nunca ha querido enfrentarse a los militares. «No creo que su actitud, que consiste en controlar la distribución de la ayuda, logre paliar la crisis, pero ante la apatía de la ASEAN y la falta de presión de la ONU, podrán salir de esta», opinó.