Tras la reunión mantenida ayer entre el responsable foral de Medio Ambiente y el alcalde de Igorre, Galder Olivares, Josu Madariaga se comprometió a presentar en el plazo de un mes un nuevo plan de gestión del vertedero ubicado en el barrio de Urkizu donde irán a parar en cuatro años una parte de las 100.000 toneladas de basuras que transferirá la Diputación guipuzcoana a la vizcaina.

El contacto, calificado por el primer edil como de «cortesía», se saldó con el compromiso de la Diputación Foral de elaborar un plan de vertido en la instalación que gestiona Garbiker, al que le restaban diez años para colmatarse.

Las aportaciones ex-tras de Gipuzkoa acortarán su vida útil y adelantarán su clausura.