REPORTAJE
El TAV condiciona ya el futuro modelo de Gasteiz, una ciudad para las elites
Gasteiz está cambiando paulatinamente, y los proyectos que estudian las instituciones le auguran un futuro muy diferente. El TAV, una infraestructura que no se adapta al terreno sino que exige que el te- rreno se adapte a sus necesi-dades, va a condicionar ese modelo futuro. En el núcleo urbano y en los pueblos que constituyen su cinturón rural.
Txotxe ANDUEZA
En los últimos años, Gasteiz ha crecido en extensión, en población y, sobre todo, en número de viviendas. Pero los cambios no terminan ahí. Hay otros proyectos que auguran una gran transformación de la ciudad: el PERI del Casco Viejo, el soterramiento del tren, la estación intermodal, los numerosos centros comerciales, el palacio de congresos y auditorio... Todos estos elementos constituyen el diseño de una nueva Gasteiz, en el que el TAV y sus necesidades no juegan un papel precisamente margi- nal. Así lo ve, al menos, la plataforma AHT Gelditu! Elkarlana en un informe sobre los previsibles impactos que el Tren de Alta Velocidad generará en la capital alavesa. Para plantarse ante todo ello, ha convocado una manifestación para hoy, que partirá a las 12.30 de la plaza del Artium.
En ese estudio se explica que el TAV entrará en Gasteiz procedente del norte, de las localidades de Legutio y Arrazua-Ubarrundia, y atravesando algunos de los pequeños pueblos que conforman el municipio. Entrará a escasos metros del río Santa Engracia, pasando entre campos de cultivo muy cerca del parque tecnológico de Miñano, atravesando los viveros de Eskalmendi y fincas agrícolas hasta Zurbano, y accediendo al núcleo urbano por la calle Cuenca del Deba, donde posiblemente se soterrará hasta la Avenida de los Huetos.
Son, en total, 11 kilómetros, de los que casi la mitad discurrirán bajo tierra, unos 730 en distintos viaductos y el resto en superficie. El presupuesto de este recorrido por el municipio gasteiztarra es de 357.185.118 euros.
Humedales de Salburua
El denominado «cinturón verde» ha sido y es una de las «joyas de la corona» de los sucesivos gobiernos municipales de Gasteiz. Y los humedales de Salburua son, dentro de ese cinturón, el icono que más se une a esa ciudad moderna y medioambientalmente sostenible que intentan vender. Pues bien, según señala el informe de AHT Gelditu! Elkarlana, el enorme movimiento de tierras que ocasionarán las obras de construcción del TAV «podría influir directamente en las aguas superficiales del humedal de Salburua». También Zadorra y Santa Engracia, ambos catalogados por la UE como LIC por su importante calidad vegetativa y su diversidad, se verán amenazados por la construcción de diferentes viaductos. Además, la práctica totalidad del recorrido entre Luko y Gasteiz «transcurrirá en plataforma elevada sobre un talud de entre 10 y 17 metros de altura», una inmensa «barrera visual».
El impacto sonoro será importante para los vecinos de localidades como Durana, Miñano, Retana y Gamarra Menor, ya que el TAV pasará a una distancia de 100-200 metros de sus casas. En estas pequeñas poblaciones, además, el sistema de electrificación del TAV puede generar impactos electromagnéticos que supondrían graves repercusiones en la salud. Son poblaciones esencialmente agroganaderas que, como consecuen- cia del paso del tren, deberán dejar de explotar unas 20 hectáreas de tierra agrícola, mientras que el posible segundo ramal en paralelo a la N-I «afectaría a unas tierras de gran valor productivo, cuya presión urbana y de desarrollo logístico ya es muy fuerte».
La ciudad en venta
«Cuando hablamos del Tren de Alta Velocidad no hablamos simplemente de un tren, sino de todo un modelo de sociedad, ya que el TAV es el paradigma del desarrollismo y del neoliberalismo», denuncia AHT Gelditu! Elkarlana. Un modelo, además, que choca con los planteamientos teóricos en los que se han inspirado proyectos de planificación en Gasteiz y en Araba; en concreto, el intento de romper la macrocefalia de Gasteiz, potenciando otros núcleos del herrialde y haciendo frente al proceso de despoblamiento de amplias zonas del territorio. El TAV, al unir sólo grandes núcleos de población, condena a la «periferia» a todas las localidades intermedias. Y esto es especialmente grave en Araba, donde casi el 90% de la población se concentra en la capital.
El argumento de la mejora de la movilidad tampoco vale como defensa de este transporte en Gasteiz, donde un 36,6% de los desplazamientos internos (en la propia ciudad y de ésta a los núcleos que la rodean) se dan en vehículo privado. Es más, la estación intermodal que se empieza ya a construir lejos del centro, en Arriaga, va a generar nuevas necesidades de desplazamientos.
Esta línea de transporte está pensada pa-ra cubrir las necesidades de los propietarios de las grandes actividades económicas, a quienes sale más rentable desplazarse de la forma rápida que permite el TAV que crear delegaciones descentralizadas. A ese mercado y al turismo se consagra la ciudad que se está construyendo en torno a la alta velocidad, «en detrimento del gasto social» para los gasteiztarras.
El soterramiento del tren supondrá la desaparición de las actuales vías del tren convencional y el desplazamiento de los ejes de transporte al norte de la ciudad. Con ello se producirá una importante reordenación urbanística de Gasteiz, al quedar libre 193.652 m2, en una extensión que unirá la Avenida del Mediterráneo con Jacinto Benavente.
Esta operación supone, en opinión de AHT Gelditu! Elkarlana, un «caramelo especulativo». El Ayuntamiento pretende construir 1.450 viviendas, hoteles, centros comerciales, oficinas y párking. El 60% de las viviendas serían libres y su precio rondaría los 450.000 euros. Estos planes, denuncian, «tienen poco de social y mucho de especulativo y elitista».