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Italia apuesta por limitar la libre circulación incluso dentro de la UE

El ex comisario europeo de Justicia y ahora ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, ha pedido una revisión del espacio Schengen alegando motivos de «seguridad». Su propuesta acompaña la política del Gobierno de Berlusconi contra la inmigración. El paquete de medidas que presentará esta semana incluye la obligación de tener una renta mínima de «origen legal» y un alojamiento «decente», y el aumento del periodo de internamiento.

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GARA | ROMA

Con los inmigrantes, especialmente los de origen rumano, en el punto de mira, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, se mostró partidario de revisar el convenio Schengen alegando que el problema de Europa «ya no es la libre circulación de personas, sino la seguridad».

En una entrevista publicada ayer en el diario «Il Messaggero», incidió en la «necesidad de verificar la adecuación de este tratado con las fronteras internas y externas». Estas declaraciones se producen en un clima de rechazo a los inmigrantes y a las comunidades gitanas, auspiciado por el Gobierno de Silvio Berlusconi y anteriormente por el de Romano Prodi, y por los medios de comunicación. A las redadas masivas se han sumado los incendios intencionados de campamentos de gitanos en Nápoles. El Ejecutivo, mientras tanto, prepara un paquete de medidas restrictivas que presentará este semana.

«Debemos hacer inspecciones continuas de las fronteras exteriores, así como inspecciones sorpresa de la Comisión Europea. Y si, paralelamente, introducimos las huellas digitales y un banco de datos con un Schengen 2, entonces todo será más fácil. A los países que no pertenezcan a este espacio también se les exigiría un banco de datos», propuso el ex comisario europeo de Justicia.

Confirmó también la intención del Gobierno de elevar a 18 meses, frente a los dos de ahora, la duración máxima del periodo de internamiento de extranjeros en centros de detención.

El aliado de Berlusconi y ministro de Interior, Roberto Maroni, de la xenófoba Liga Norte, reclamó igualmente la suspensión del convenio Schengen para Italia. Este espacio de libre circulación cuenta actualmente con 24 países -22 de los 27 estados miembros de la UE, más Islandia y Noruega-. Bulgaria y Rumanía, que se incorporaron a la UE el 1 de enero de 2007, se comprometieron a preparar su adhesión para 2011.

En cuanto a los recientes ataques a los campamentos gitanos, Maroni dijo que son «injustificables», aunque insistió en que el Estado dará todo el apoyo necesario «para mejorar la seguridad» de Italia. «Es nuestra intención, la del Gobierno, gestionar con orden y rigor la inmigración interna y externa de la Unión Europea para garantizar la convivencia pacífica, del ahora y mañana, de todos los pueblos», manifestó. La víspera, el ministro de Reformas y Federalismo, Umberto Bossi, también de la Liga Norte, justificó indirectamente estos asaltos. «La gente hace lo que no consigue hacer la clase dirigente», resaltó.

La Unión Romaní denunciará al Gobierno

La Unión Romaní interpondrá una denuncia ante la Unión Europea contra el Gobierno italiano por incumplimiento de la Directiva relativa al derecho de los ciudadanos de la UE a residir y circular libremente en los estados miembros.

Subrayó que las últimas redadas y expulsiones responden a una «violencia ciega y asesina» contra los gitanos. La decisión ha sido tomada después de que recibiera «mensajes angustiados» de gitanos italianos, «asustados» ante el triunfo de la coalición política liderada por Berlusconi.

Para Daniela Pompei, de la comunidad católica de San Egido, las últimas operaciones policiales «son el reflejo del nuevo clima de intolerancia hacia los extranjeros que se ha instaurado en el país. La búsqueda de seguridad debe ir siempre acompañada por un plan de integración», resaltó.

GARA

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