La séptima etapa del Giro con final en Pescocostanzo estaba llamada a ser importante por tratarse de la primera toma de contacto con la montaña, pero la criba fue mayor de lo esperado y sólo Alberto Contador pudo aguantar a los italianos Piepoli, Ricco y Di Luca, que se confirmaron como los hombres más en forma de la carrera. Aventajaron en 51 segundos a los restantes favoritos y en casi dos minutos a hombres como Karpets, Siutsou y Garate que comenzaban la carrera con la idea de disputar la general.

La victoria de etapa correspondió al italiano del LPR Gabriele Bosisio, que fue el hombre más fuerte de la escapada del día en la que, curiosamente, los cinco corredores que más aguantaron fueron de equipos que no están en el Pro Tour. Junto al ganador quedaron en cabeza de la fuga Baliani y Sella (Navigare), Kiryienka (Tinkoff) y Cárdenas (Barloworld).

Por detrás se resignaron los restantes corredores que querían formar parte de la escapada del día, entre ellos Iñigo Landaluze, y en su persecución se formó un buen grupo con el polaco Smyzd (Lampre), Efimkin y Garate (Quick Step) y Siutsou (High Road), que llegaron a tener más de dos minutos de ventaja sobre los favoritos.

Por delante Sella tuvo la mala suerte de pinchar en el momento en el que atacó Bosisio para marcharse a por el triunfo de etapa y por detrás Saunier Duval trabajó muy bien, con una gran labor del santurtziarra Iker Camaño, para anular a los corredores que marchaban entre medias y para preparar el terreno a su líder.

Para ello saltó en el último puerto Piepoli, que esperó a que por detrás llegaran Ricco y Di Luca, que lanzaron sendos ataques que sólo pudieron ser respondidos por Contador.

Polémica entre los mejores

Piepoli, Ricco y Di Luca asumieron todo el protagonismo del cuarteto sin que el madrileño quisiera dar un relevo porque por detrás venían Klöden y Leipheimer. Además, en los últimos metros del repecho final cedió con respecto a sus tres compañeros, lo que no le valió para evitar las críticas.

Riccardo Ricco, un corredor que destaca por sus declaraciones polémicas, manifestó en la línea de meta que «no ha sido como soñábamos, pero podemos estar satisfechos porque desde hoy conocemos mejor las verdaderas jerarquías de este Giro. Por ejemplo, sabemos que lo de Contador, que siempre ha dicho que no estaba bien, eran sólo excusas. Alguien que hace diez días estaba en la playa, aunque sea un fenómeno, no puede andar así. Me desagrada que cuando nos hemos ido con Piepoli y Di Luca, no haya colaborado con nosotros. Ha habido un instante en el que Piepoli y yo nos hemos enfadado con él porque queríamos que tirara como nosotros, pero se ha mostrado impasible y no ha querido saber nada en una actitud que no nos ha gustado. Con Di Luca, sin embargo, hemos tenido hoy un bonito duelo. Esta etapa me da confianza para el futuro sobre todo porque, a diferencia del resto, yo puedo contar con alguien como Piepoli, que una vez más resultó importantísimo».

La de ayer no fue una buena jornada para los vascos. Garate perdió tiempo en su lucha por un buen puesto en Milán, Alan Pérez no pudo mantener su plaza en la general y, dentro del mal día del Euskaltel, abandonó Aitor Galdos, que no ha podido llegar con un buen momento de forma al Giro tras preparar el inicio de temporada y llegar bien a las clásicas. La octava etapa de hoy tiene 208 kilómetros y final atractivo en Tivoli, con llegada en subida de dos kilómetros de entre el 5% y el 8%.