Woody Allen tiene previsto rodar una nueva película en Europa y podría elegir Euskal Herria para hacerlo, en concreto, los exteriores de Bilbo o Donostia. El director estadounidense se refirió a ello ayer en Cannes, durante la presentación de su último film «Vicky Cristina Barcelona», rodado en la capital condal, que se estrenó anoche en el Festival, aunque lo hizo fuera de competición.

Allen explicó que llegó por primera vez al Estado español hace ocho años. «El primer lugar donde estuve fue Madrid y luego Barcelona. Fue muy agradable para mí», aseguró. Por ello, está planteandose la posibilidad de volver a rodar en el Estado español. «No me importaría rodar en Madrid o San Sebastian; me gustan las áreas históricas como Oviedo, San Sebastian y Bilbao. Cada una tiene su propio interés», afirmó.

Respecto a la comedia romántica que estrenó ayer en Cannes, el director estadounidense aplaudió la labor de los protagonistas del film, Scarlett Johansson y los españoles Javier Bardem y Penélope Cruz, y resaltó además el «maravilloso» trabajo realizado por el director de fotografía Javier Aguirresarobe. «Tuve suerte de trabajar con él», aseguró.

Dentro ya de la competición oficial, la tercera jornada del Festival siguió ofreciendo historias familiares como «Un conte de Noël» (Un cuento de Navidad), la primera de las tres películas francesas que competirán en esta edición, que cuenta los dramas de una familia en la que uno de los hijos murió de cáncer a los seis años.

Con una estructura copiada de las películas cómicas mudas, este drama aparece suavizado por toques de comedia y alguna imagen surrealista que recuerda a «Amelie» o «Tía Daniela». Así lo explicó ayer su director, Arnaud Desplechin, que estuvo acompañado por los protagonistas del film Catherine Deneuve y Jean Paul Roussillon, entre otros.

Desde Turquía

Otra película de corte familiar, «Uç Maymun» (Los tres monos), del director turco Nuri Bilge Ceylan, que cuenta las mentiras en las que viven los miembros de esa familia, también se presentó ayer a concurso. Con una ausencia casi total de música, una fotografía «tan dura como sus protagonistas», Yavuz Bingol y Hatice Aslan, (que también estuvieron ayer en Cannes) y un diálogo de lo más escueto, la película se basa «sobre todo en las miradas y en elementos originales en su forma de narrar», explicó su director.