El autor y director navarro Alfredo Sanzol inicia en Iruñea la gira de «Sí, pero no lo soy»
GARA | IRUÑEA
Alfredo Sanzol comienza hoy en Iruñea la gira de su obra de teatro «Sí, pero no lo soy», una producción del Centro Dramático Nacional español que forma un mosaico de quince historias sobre la identidad y que exhibe el Teatro Gayarre dentro del ciclo «Otras miradas, otras escenas».
«Sí, pero no lo soy» es la última sentencia de su anterior obra, «Risas y Destrucción», a partir de la cual comenzó a construir la historia basándose en los resultados que salieron al introducir esta frase en el buscador de internet Google. «Estaba muy interesado en trabajar con el azar y en Google encontré una manera de que aparecieran historias que yo no elegía», explicó Sanzol ayer en Iruñea.
Según su autor, el texto se construye en torno a la incógnita de «por qué nos empeñamos en tener una personalidad cuando está claro que la identidad no existe» ya que «somos muy diferentes de un año para otro y dependiendo de dónde estemos o con quién estemos».
De ahí salen medio centenar de personajes que protagonizan quince historias sin ningún nexo de unión entre ellas: una actriz de 70 años que recibe el premio a la mejor actriz revelación, un confidente de la policía que se reúne con sus amigos, una mujer que intenta parecerse a la amante de su marido, una madre que trata de no parecerse a su hija o una pareja de navarros perdidos en el Pacífico el 7 de julio, entre otras. Según Sanzol, el «mayor piropo» que ha recibido es cuando le dijeron que en esta obra «da la sensación de que hay una historia subterránea que no se ve pero que existe y que une a todas ellas».
Por otra parte, pero enmarcado también dentro de «Otras miradas, otras escenas», el actor Javier Gutiérrez cerró ayer el ciclo de charlas «Viajeros de la escena» en Iruñea asegurando que para él el teatro es «lo más bello y auténtico».
Gutiérrez, miembro de la compañía de teatro Animalario y actor en la película «El otro lado de la cama» y en las series «Los Serrano» y «Camera Café», entre otros trabajos, manifestó que, al salir de la protección de la escuela al mundo laboral, «la más cruda realidad es el paro». Animó por ello a los estudiantes a «no esperar la llamada de ningún director» sino crear ellos mismos y «empezar desde muy abajo» ya que, añadió, «todo es válido siempre y cuando no se deje de trabajar una vez que se sale de la escuela». En este sentido, destacó la importancia de «que uno crea en lo que está haciendo», para lo que «la fórmula es trabajar, trabajar y trabajar».