Probablemente el aumento de las denominadas «enfermedades raras» sea una consecuencia de las esperanzas de vida alcanzadas por ciertas partes de la Humanidad y de los considerados adelantos científicos. También sucede que en el espectáculo televisivo, al igual que se busca lo más extravagante para concitar a un mayor número de telespectadores, el hablar de estos casos tan extrañas forma parte de una manera de entender el negocio.«La noche temática», que nos regala todavía La 2 cada sábado, nos mostró casos excepcionales, no tanto de enfermedades raras, aunque el primer reportaje dedicado al denominado «enanismo primario», sí parece algo muy raro, o al menos, algo muy poco conocido. Nos contaron el caso de una niña con este síndrome que con casi tres años pesa cuatro kilos y medio y mide muy poco. Su hermano menor sin llegar al año es más corpulento y más alto. Es, sin ánimo de ofender, como una muñequita y cuando aparece en la mano de su padre, o limpiándose los dientes sentada en el borde del lavabo, o cuando la vemos corretear por unas galerías comerciales, nos despierta ternura y entendemos que se trata de algo muy atípico, que nosotros no hemos visto jamás a nadie en vivo de estas dimensiones.

Se habló de ella, de los médicos que la tratan, de sus esperanzas y modos de vida y se nos ofreció otro caso, la de una mujer de veinticuatro años, también con el mismo síndrome, muy pequeña, diminuta, pero sin deformaciones a primera vista que lleva una vida bastante normal. Casos raros tratados con exquisitez. Al igual que el segundo reportaje en el que se vive el embarazo de una mujer con VIH, el logro de parir naturalmente, y que el niño nazca sin el virus. Ejemplar el comportamiento de su compañero. Una muestra de auténtico amor. Y el tercero era sobre Montse, una mujer divertida, vitalista, con mucho carácter que lleva toda la vida postrada en una cama, que conduce con su barbilla una silla de ruedas, que pinta con la boca y que llega a decir: «quiero vivir de mi cuerpo». Un cuerpo maltrecho que se hace fotografiar para pintarse desnuda. Uno se queda prendado ante estos casos de tanta humanidad.