Daniele Bennati logró su segundo triunfo parcial en el Giro al imponerse en un apretado sprint al ciclista local, Paolo Bettini, en la novena etapa corrida desde Civitavecchia a San Vincenzo, con 218 kilómetros de recorrido. Koldo Fernández de Larrea terminó fuerte, pero sprintó desde atrás y se tuvo que conformar con el quinto puesto por detrás de los dos italianos, McEwen y Zabel.

Paolo Bettini fue el protagonista de una parte final de la etapa que se corría en su feudo y que él se encargó de diseñar. Mandó trabajar a todo su equipo con fuerza en un duro repecho que había a escasos kilómetros de la llegada y lanzó un ataque marca de la casa que sólo pudo ser respondido por Riccardo Ricco y el líder de la montaña, Emanuelle Sella. El líder del Saunier Duval se limitó a demostrar que es ahora el ciclista más fuerte de la carrera, pero no quiso desgastar un gramo de energía en una tentativa que no tenía ninguna opción de llegar a meta y fueron atrapados. A partir de ese momento, Liquigas realizó un buen trabajo para preparar la llegada a su sprinter.

Fueron diez kilómetros finales de mucha tensión y muy bonitos porque todos los equipos trabajaron con fuerza para colocar a sus sprinters, especialmente Liquigas y High Road, pero también Markel Irizar y Alan Pérez se dejaron ver en los primeros puestos para intentar ayudar a Koldo Fernández de Larrea. Pese a todo, el alavés no llegó bien colocado al último kilómetro y, como en los dos sprints anteriores, tuvo que arrancar desde demasiado atrás. Demostró su potencial al remontar hasta la quinta posición, pero será necesario que esté más cerca de Bennati cuando se entre en el último kilómetro para tener opciones de victoria.

Esa fue la rueda que eligió Bettini y, sin ser un sprinter puro, le faltó muy poco para remontar a Bennati, lo que debe servir a todos los velocistas para coger moral de cara a las pocas opciones que les pueden quedar.

Escapada de 200 kilómetros

Hasta esos últimos kilómetros los protagonistas de la etapa fueron Krivtsov (AG2R) y Buffaz (Cofidis), que se escaparon nada más tomarse la salida, llegaron a disponer de una renta de diez minutos y fueron cazados a falta de quince kilómetros.

El pelotón era consciente de que la de ayer era una de las pocas etapas propicias para el sprint y todos los equipos con opciones trabajaron, con presencia del tolosarra Josu Agirre por parte del Euskaltel para recortar las diferencias.

Pero, por desgracia, el vasco que tuvo un mayor protagonismo fue Bingen Fernández, que se cayó y tuvo que ser trasladado al hospital en ambulancia con un collarín y con una fractura de clavícula.

El Giro tiene hoy jornada de descanso antes de la crono de mañana sobre 39,4 kilómetros que debe marcar diferencias.