Quince años han transcurrido desde que Pello Mariñelarena falleciese en la prisión francesa de La Santé víctima de una grave enfermedad y a consecuencia de la «desatención» sanitaria. Los años pasan, pero los vecinos y vecinas de Etxarri-Aranatz volvieron ayer a recordarlo en un emotivo acto. En él rememoraron las palabras de Mariñelarena, los gestos cariñosos que mostraba con sus vecinos y con sus familiares, especialmente con su madre, y lo que representaba para él la lucha, el compromiso y el conflicto político de Euskal Herria.

Intercaladas se mostraron numerosas imágenes: las que Pello guardaba con especial cariño, las de su familia y las de sus lugares preferidos; instantáneas y videos que reflejaban el movimiento político de los años 80; y las imágenes de la llegada del cuerpo de Mariñelarena a su localidad natal y la calurosa acogida que le brindaron sus vecinos.

Acto seguido tomó la palabra Josu Beaumont, procesado en el juicio contra el movimiento pro-amnistía. «Trabajar a favor de los presos es delito, denunciar la tortura es delito, pero la tortura no», comentó al comienzo de su alocución. «Hace quince años mataron a Pello, ¿quién ha sido juzgado por su muerte?, ¿Cuándo fue el juicio? ¿Quiénes fueron los condenados? ¿En qué cárceles están dispersados? Parece que algunos mueren por accidente, por enfermedad, pero nosotros sabemos que no es así, sabemos que hay quien organiza y diseña esas políticas asesinas», afirmó, al tiempo que recordó las estremecedoras cifras que ha provocado la represión: «En los último 30 años, 22 presos han fallecido en las cárceles; 16 familiares han muerto a consecuencia de la dispersión; 76 con la guerra sucia; decenas en las manifestaciones y controles; 35.000 personas han sido detenidas; más de 7.000 personas han denunciado haber sufrido torturas; y más de 4.000 personas han pasado por la cárcel». «Me gustaría saber qué pensaría hoy en día Pello, ante la situación que vivimos, si supiera quién está en el Ayuntamiento de Etxarri-Aranatz, si le dijésemos que está prohibido votar y que están ilegalizadas todas las formaciones abertzales, si supiera que la represión va en aumento», se preguntó.

Beaumont hizo alusión al acto llevado a cabo por la mañana en el Kursaal donostiarra. Afirmó que «sólo se hace alusión a algunas víctimas y no se tienen en cuenta las víctimas de la violencia del Estado». «Nosotros respetamos el dolor de todo el mundo -continuó-, por eso mismo deseamos acabar con todo esto y el único camino para ello es el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria».

Una hora antes de que comenzase el acto, las calles de Etxarri-Aranatz acogieron una manifestación que estuvo encabezada por la fotografía de Mariñelarena y una ikurriña que sujetaba un crespón negro. Detrás, una pancarta en la que se podía leer: «Espetxe politikak hiltzen du. Gaixo dauden presoak Etxera!».

Entre las personas que la portaban, estaba Jose Campos, compañera de Bautista Barandalla, preso etxarriarra que sufre una enfermedad incurable sobrevenida en prisión hace varios años. De hecho, durante todo el trayecto de la manifestación fue incesante la petición de la excarcelación de Barandalla y su vuelta a casa. Además, se pudieron oir gritos como: «Amnistiarik gabe bakerik ez!» o «Gaixo dauden presoak etxera!».