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Osasuna continúa en primera

De la más pura hostilidad al «Osasuna, Osasuna» en una tarde de transistores

Todos contentos. la liga acabó de la mejor forma posible en un campo donde, con otro desenlace, podría haber pasado de todo. Y es que la hostilidad con la que fue recibida la afición rojilla se tornó en gritos en favor de ésta y de osasuna cuando el racing vio que había logrado el objetivo.

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Aritz SORZABAL

Ni San Fermín quiso perderse el partido de ayer. El santo iruindarra, como si de una aparición divina se tratara, se sumó a la marea rojilla y se presentó en Santander con la intención de dar suerte a los suyos. Eso sí, pese a vestir su habitual vestimenta de gala, la figura que acompañaba a los aficionados navarros en nada tenía que ver con la del conocido santo moreno. O no era él o se hizo pasar por una joven, que acompañada de sus amigas, estaba sacando jugo a su despedida de soltera. En el poteo prepartido, había versiones para todos los gustos.

Pero San Fermín no fue el único santo que irrumpió en la jornada, ya que, pese a estar fuera de fechas, San Prudencio también estuvo presente a lo largo del día. Al parecer, el santo meón se desplazó a Mallorca y estuvo a punto de evitar, con el chaparrón descargado en tierras baleares, que se jugaran tanto el choque de Osasuna como los que afectaban directamente a los navarros. Al final, todo quedó en una simple espera de una hora en El Sardinero.

Horas antes, sobre el mediodía, comenzaron a llegar a la capital cántabra los primeros aficionados rojillos, algunos de ellos después de estar retenidos en el control policial que se estableció en el peaje de Zuasti hacia las 9 de la mañana. La Policía española paró autobuses, registró las mochilas de los pasajeros y hasta requisó banderolas en favor de los presos politicos. Desgraciadamente, nada nuevo bajo el flamante sol con el que despertó el domingo.

No fue el único episodio triste de la jornada. Seguidores del Racing agredieron, con bates de beisbol en mano, a un aficionado de Osasuna en las inmediaciones del Estadio de El Sardinero. El incidente tuvo lugar por la mañana y el agredido tuvo que ser evacuado en ambulancia a un hospital cercano con una brecha en la cabeza. Fue un adelanto del ambiente hostil con el que se encontrarían el conjunto de Cuco Ziganda y su afición por la tarde, en pleno estadio. Y eso que por la mañana se celebró La Marcha de la Salud en Santander, una iniciativa que parecía recibir con los brazos abiertos a Osasuna, que lleva la salud inscrita en su nombre.

Antes del pitido inicial y durante el partido, los jugadores rojillos fueron recibidos lemas de «A Segunda», «Todos a una, puta Osasuna» y «Puto vasco el que no bote». A la entrada de El Sardinero, por su parte, aficionados desplazados desde Iruñea tuvieron que sortear lanzamieto de objetos por parte de los seguidores locales.

el interés, en otros campos

A falta de fútbol, con el choque en marcha, el interés se encontraba en otros campos. La UEFA y la pemanencia estaban en juego para Racing y Osasuna. Así las cosas, pese a la sequía de Santander, se comenzaron a cantar los goles que se producían en otros estadios, como si de propios se trataran. Los transistores echaban humo.

Los seguidores rojillos estallaron de júbilo con los tantos del Mallorca, mientras que los cántabros, aunque la alegría les durara poco, festejaron el empate del Zaragoza. Los últimos minutos fueron un calvario para la afición vasca, ya que un gol en cualquiera de los tres campos en los que se jugaba el descenso podía significar el desastre. Y éste estuvo a punto de llegar, tras el gol del Racing,

Fueron los peores momentos para los seguidores desplazados desde Iruñea, que veían como su equipo estaba en el alambre. Manos en la cabeza, ikurriñas sobre el rostro para evitar ver lo que sucedía sobre el campo... la agonía duró hasta el tercer gol del Mallorca. Misión cumplida y todos contentos: UEFA para unos, permanencia para otros. Y sorpresa: la hostil afición del Racing, en plena borrachera, acabó coreando gritos de «Osasuna, Osasuna». Huelgan los comentarios.

 

TERRITORIALIDAD

Ya dentro del campo, la hinchada local coreó lemas tales como «A Segunda», «Todos a una, puta Osasuna» o «puto vasco el que no bote», reconociendo y asumiendo con esta última consigna que Nafarroa pertenece a Euskal Herria.

AGRESIÓN

Un seguidor rojillo fue agredido, con un bate de beisbol, por hinchas del Racing. El agredido tuvo que ser evacuado en ambulancia con una brecha en la cabeza. A la entrada del estadio, hubo lanzamiento de objetos contra los aficionados osasunistas.

CELEBRACIÓN FINAL

Los jugadores de Osasuna acudieron a los dos extremos del campo donde estaba la afición desplazada desde Iruñea para celebrar la permanencia. Los aficionados, que se quedaron en el estadio hasta que éste quedó vacio, no pararon de animar.

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