La Casilla despidió la mejor y más ilusionante temporada de su larga historia con uno de esos bailes que sus jugadores han hecho famosos durante la temporada. Sin embargo, la danza resultó forzada y amarga, ya que aunque lo realizado durante los meses anteriores, y sobre todo la posibilidad de crecimiento, merecían homenaje, pero éste llegó poco después de que Acker los despertara de su sueño más placentero y en ese momento el cuerpo no suele estar para jota. Colectivamente y por intensidad, los de negro no fueron inferiores al Barcelona, pero terminaron sucumbiendo ante el acierto del escolta estadounidense que, con 31 puntos, recordó al de Olympiacos.

El partido no comenzó nada bien para los de Bilbo y entre los errores propios y el acierto de Basile y de Acker, el Barcelona se puso enseguida con un 2-12 a su favor. Vidorreta dio el encargo de dirigir el juego a Salgado en sustitución de un acelerado Marcelinho y el de Santutxu le puso el orden y el acierto necesario para acercar a los suyos en el marcador con siete puntos prácticamente consecutivos, 16-19 al término del primer cuarto.

Mitigada en parte la sangría de las pérdidas en ataque (9 al descanso), poco a poco el Bilbao Basket fue imponiendo su juego colectivo y dinámico y una canasta de Savovic les puso por delante (22-23) en el minuto 12. El Barcelona, mucho más estático y sin ninguna fluidez, se vio atosigado por momentos, pero mientras los de negro no acertaron desde el tiro libre, el acierto excelso de un Acker desconocido (13 puntos casi consecutivos con tres triples), acompañado de otro tiro de siete metros de Ilyasova les dio una ventaja de seis puntos (34-40) al descanso.

Muchos más recursos

Los de negro trataron de pagar con la misma moneda y tres triples consecutivos, dos de Vázquez y uno de Recker, les permitieron volver a acercarse en el marcador. Sin embargo, mientras el Barça encontraba relevos para sus estiletes, Ilyasova y Grimau tiraron del equipo en este tercer cuarto, con diez puntos seguidos del catalán, jugadores importantes en Bilbao Basket como Lewis o Marcelinho seguían sin ver aro y los de Xabier Pascual pegaron otro arreón que les permitió meterse con una renta de diez puntos en el último cuarto (53-63).

Pero una vez llegados a este punto, no era plan de de bajar los brazos y los vizcainos realizaron el penúltimo esfuerzo. Cobijados en una gran defensa zonal 1-3-1 que estropeó el gran porcentaje de 6,25 que habían acumulado hasta entonces los culés, y la irrupción por fin de un Marcelinho Huertas que encontró vías de penetración, Bilbao Basket volvió a ponerse a tiro del Barcelona, 69-64 tras un tiro libre del brasileño. Sin embargo, en ese momento volvió a emerger la figura de Acker, que se convirtió en el ejecutor de las esperanzas de La Casilla. El escolta estadounidense, bien secundado por un Vázquez que aprovechó la debilidad interior del Iurbentia, sostuvieron al equipo en esos momentos de duda y, como no les tembló el pulso desde la línea del tiro libre, terminaron minando la resistencia bilbaina.