Derrota en el Sánchez Pizjuán
De tener la Intertoto en la mano a una triste goleada
Los rojiblancos acabaron la Liga con una derrota demasiado abultada en una tarde donde tuvieron opciones de ganar y en la que el resultado del Villarreal en A Coruña les facilitó el camino hacia la Intertoto
SEVILLA 4
ATHLETIC 1
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
En el partido que bajó el telón de la temporada 2007-2008, y que los aficionados no pudieron ver por la absurda guerra televisiva, el Athletic tuvo en su mano entrar en la Intertoto, pero acabó siendo goleado. Con la derrota de ayer los rojiblancos cerraron una digna campaña en la que han conseguido no sufrir las penurias de los dos años precedentes, pero en la que la brillantez tampoco ha sido uno de los grandes distintivos del conjunto de Caparrós.
Pese al resultado final, las cosas no pudieron arrancar mejor para el Athletic, ya que a los tres minutos un cada vez más determinante Llorente fue derribado dentro del área sevillista y el colegiado señaló los 11 metros. Con suma tranquilidad, Aduriz marcó ante De Sanctis. El donostiarra hizo su séptimo gol y demostró que puede aportar muchas cosas al equipo.
El tanto convirtió las opciones de Intertoto en tangibles e hizo subir la intensidad del choque. Así, los locales no se quedaron de brazos cruzados en desventaja y pronto se volcaron hacia la portería de Armando. El sopeloztarra tuvo una primera parte repleta de trabajo debido a las repetidas llegadas hispalenses a la zona de peligro. Y es que Adriano, Koné o Kanouté fueron una pesadilla para la zaga vizcaina. Claro, que los de Caparrós también supieron encontrar el camino hacia el área local. Allí, Gabilondo y Gurpegi tuvieron el segundo. El de Añorga no pudo conectar una buena dejada de Llorente y el navarro remató un córner al larguero. Todo ello, dentro de un primer cuarto de hora de ida y vuelta.
Mediada la primera mitad, las tornas variaron y el Sevilla se hizo con el control. El juego se desarrollaba íntegramente en la parcela rojiblanca y las ocasiones se repetían. Así, Armando revivió su idilio con los postes al ver como un buen disparo de Renato pegó en la madera.
En esa tesitura de sufrimiento, los transistores dieron una alegría a todo el entorno del Athletic. Mati Fernández adelantaba al Villarreal en Riazor y metía a los rojiblancos en Europa. Pero, poco duró la alegría, ya que una contra de Koné permitió a Kanouté marcar el empate. Jarro de agua fría para los leones, que habían vivido al filo de encajar la igualada durante un cuarto de hora. Aún así, la Intertoto volvía a estar a un sólo tanto, una suerte que estuvo a un paso de aparecer a dos minutos del descanso, cuando Llorente no pudo rematar en boca de gol.
Las ocasiones de Gabilondo
La segunda mitad comenzó como la primera, es decir, con el Athletic acercándose a la meta rival. En ese sentido, Igor Gabilondo tuvo dos opciones muy claras, prácticamente sin portero, pero no supo concretarlas y quien perdona lo paga.
El castigo llegó con una falta botada por Keita a la media hora de la reanudación supuso el final de las ilusiones. El malí envió un zambombazo que se coló en la portería de un Armando que pudo haber estado más acertado. Dos minutos después llegó la puntilla definitiva tras aprovechar Kanouté el rechace de un disparo de Navas al poste. El andaluz, finalmente, tuvo su premio a tres minutos del final.
El Athletic había dado la cara en una tarde en la que tuvo el objetivo más cerca que nunca, pero jugadores y afición terminaron con el amargor que supone llevarse una goleada en contra. Triste final para un equipo que acaba la campaña en la undécima posición. Correcta, pero tampoco nada del otro mundo.
Los de Kike Liñero se habían garantizado continuar un año más en Segunda B la pasada semana, pese a completar una campaña bastante mala, y cerraron ayer el curso perdiendo 4 a 2 en Huesca. Los goles de los cachorros fueron de Isma López y Aimar Cid.
El delantero de Tafalla fue uno de los protagonistas de la espectacular victoria del Hércules en Málaga por 4 a 6. El navarro está realizando muchos meritos, ha marcado ya cinco tantos, para regresar al Athletic tal y como ha admitido Joaquín Caparrós en los últimos días.
En una rueda de prensa donde habló tanto del Athletic como del Sevilla, Joaquín Caparrós se quejó amargamente de que su escuadra había carecido «de intensidad durante la segunda mitad». En su opinión, «tenemos que ser un equipo más bravo, con una mentalidad colectiva más fuerte y con carácter, porque hoy hemos sido un equipo más parecido al del inicio de temporada y eso no puede ser». Unas manifestaciones muy curiosas, ya que en el comienzo de la campaña recién finalizada, el de Utrera se mostraba satisfecho con el trabajo de sus pupilos.
Un argumento en el que ahondo al asegurar que «un equipo te puede meter cuatro o cinco goles, pero has de tener una mentalidad colectiva fuerte, porque sólo hay que mirar como equipos hechos para jugar la Champions -en clara referencia al Zaragoza- se han ido a Segunda». Finalmente, tras ser inoportunamente cuestionado por un periodista sevillano sobre si el Athletic habría de variar su política deportiva del Athletic, el de Utrera fue tajante y destacó que «todo el mundo debería estar identificado con el modelo».
Por su parte, el goleador del equipo anoche, Aritz Aduriz, destacó que la campaña a la que se puso punto final ayer «ha sido mucho mejor que las dos anteriores, hemos ido de menos a más, tenemos un equipo joven y el balance ha sido más o menos bueno». No tanto en lo personal, ya que el de Ategorrieta reconoció «tener un sabor de boca bastante malo».
Más contento estaba Urko Arroyo. El de Ibarrekolanda volvió a jugar con el primer equipo dos años después y señaló que «me ha sorprendido mucha jugar, pero me he encontrado tranquilo y mejor según pasaban los minutos».