Dicen que la Liga española es la más fuerte del mundo por el nivel técnico que exponen muchos de sus futbolistas y la igualdad que existe entre la mayoría de los conjuntos. Estos son los principales argumentos de quienes anteponen a la LFP antes que a la Premier League, ya que en su opinión en el campeonato inglés es casi imposible que un equipo de la zona baja sume ante los de arriba. No les falta razón, pero el lustre de un torneo no se basa sólo en eso.

Así, es impresentable que la afición del Athletic se haya quedado sin ver dos choques de su equipo por cuestiones ajenas al club, sin entrar a valorar las injustificables desigualdades de los contratos televisivos comparados con los ingleses, o que el Levante haya pasado un calvario que ha concluido con embargos a los jugadores. La mediocridad del juego en líneas generales se ve acompañado de una dirección y venta del producto de «opereta» total.