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«El fantasma del Pirineo», una muestra gráfica de pueblos vaciados para llenar grandes embalses

La construcción de grandes embalses en los valles pirenaicos está dejando tras de sí una larga lista de pueblos abandonados, pueblos fantasmas cuyos vecinos han sigo obligados a emigrar. Esta es la realidad que refleja David Ozkoidi en «El fantasma del Pirineo».

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Iñaki VIGOR

Siete retratos y doce paisajes conforman la muestra fotográfica que David Ozkoidi expone en el edificio El Sario de la UPNA, en Iruñea. Los retratos corresponden a personas que vivían tranquilamente en sus pueblos y que se han visto obligadas a emigrar tras ser despachadas de sus casas, o vecinos que se han organizado en asociaciones para intentar seguir viviendo en la tierra donde nacieron. Los paisajes reflejan la triste soledad de pueblos abandonados, algunos de ellos vaciados a la fuerza a pesar de que después no se ha construido el embalse proyectado. Quizás el ejemplo más claro es el de Jánovas, en el valle de Sobrarbe. El proyecto para construir allí una gran presa comenzó en los años 40. Los vecinos de la zona fueron recibiendo cartas para que abandonasen sus hogares, fueron conminados por la Guardia Civil a irse del lugar, y conforme lo iban haciendo, sus casas eran dinamitadas. De esta forma quedaron seis pueblos vacíos, seis pueblos fantasmagóricos sin un alma en sus calles. En el año 2006 el Ministerio de Medio Ambiente español anunció que el proyecto no se iba a realizar. Para entonces, la comarca ya había quedado desierta.

La muestra fotográfica de David Ozkoidi recoge otros cuatro casos similares provocados por los proyectos de grandes presas en Biscarrués (Huesca), Rialb (Leida) y, cómo no, Itoitz y Esa. En torno a cada uno de estos cinco pantanos se estima que hay entre seis y diez pueblos que han quedado abandonados. El proyecto de Biscarrués está paralizado en la actualidad, pero no ha ocurrido lo mismo en los casos de las dos polémicas presas que regulan los cauces de los ríos Irati y Aragón. Entre Itoitz y Esa han vaciado una decena de pueblos, algunos de ellos en Nafarroa y otros en la provincia de Zaragoza. «Pero no son sólo los pueblos que quedan bajo las aguas, son también las tierras que inundan. De este modo, a muchos vecinos les quitan su modo de vida y les obligan a emigrar a otros lugares. En otros casos, los afectados de forma indirecta son trabajadores de empresas de ocio, como ocurrió en Biscarrués», informa David Ozkoidi.

«Esos proyectos son una locura»

Este fotógrafo de 24 años está directamente afectado por el recrecimiento del embalse de Esa, ya que vive en Zangoza. La idea de hacer un reportaje gráfico en torno a esta problemática surgió precisamente a raíz de hacer un seguimiento de los proyectos de grandes embalses que había en el Pirineo, desde Itoitz hasta Lleida. Tras ponerse en contacto con las asociaciones de vecinos afectados, hace año y medio recorrió las zonas inundables y recogió en fotografías sus pueblos y sus gentes.

«Yo he intentado hacer el reportaje plasmando lo que hay, que es el abandono de los pueblos y las personas perjudicadas, personas que generalmente siempre han estado al margen de esos proyectos», explica el autor. ¿Y qué opinión personal tiene de esos proyectos? «Viendo lo que están haciendo con el agua que dicen necesitar -responde-, creo que están fuera de lugar. Aguas abajo de estos embalses están haciendo campos de golf. Me parece que eso es una locura, algo que no es necesario. Lo que habría que hacer es actualizar o modernizar los sistemas de riego, en lugar de recrecer o hacer más pantanos».

Ni en Zangoza ni en Agoitz

Esta muestra fotográfica ya fue expuesta en Barcelona, concretamente en el Colegio de Arquitectos de Catalunya, en la Universidad Politécnica y en la galería de un centro cívico de la capital catalana, donde David Ozkoidi estudió y trabajó en varias empresas relacionadas con la fotografía.

El autor intentó llevar «El fantasma del Pirineo» a las Casas de Cultura de Zangoza y de Agoitz, por estar ambas localidades directamente afectadas por los embalses de Esa y de Itoitz, pero se ha encontrado con muchos problemas debido al contenido de la obra.

«En los dos sitios me han dado largas, ni me han contestado. La verdad es que me da pena -confiesa Ozkoidi-. Yo no he intentado hacer algo subjetivo, sino simplemente plasmar la realidad que hay. Además, no me han dado ninguna razón para no exponer este reportaje gráfico. Simplemente me han dicho que era un tema delicado. Yo no entiendo por qué razón. Supongo que no les interesa una exposición que haga pensar a la gente o que muestre una realidad».

Así pues, el edificio El Sario de la UPNA es el primer lugar de Nafarroa que acoge esta muestra. Allí estará colgada hasta el 13 de junio, y desde el 16 hasta el 30 de ese mismo mes podrá verse en la Escuela de Estudios Sanitarios, también de Iruñea. En su localidad natal ha recibido el apoyo de familiares y amigos, aunque el autor reconoce que Zangoza es «muy diversa» y que también hay gente «que no quiere ver la realidad».

 

fotografías

El reportaje gráfico de David Ozkoidi recoge 19 instantáneas que reflejan la problemática de los afectados por la construcción de grandes presas.

Intentará exponer en universidades del Levante para que vean otros aspectos del problema del agua

Después de exponer en los centros de la Universidad Pública de Nafarroa, el siguiente paso de David Ozkoidi será llevar su reportaje gráfico sobre «El fantasma del Pirineo» a algunas universidades del Levante peninsular, donde cree que «es interesante mostrar esa parte del problema del agua que no se ve tanto en los medios de comunicación». En la actualidad, este joven fotógrafo se dedica a hacer reportajes gráficos por su cuenta y a desarrollar diversos proyectos, en especial de carácter social. I. V.

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