Dave Coverdale es uno de los mejores vocalistas de la historia del hard-blues. Popularmente despuntó cuando Deep Purple le escogió como sustituto de Ian Gillan en 1973, banda donde interpretó uno de los mejores álbumes de todos los tiempos del hard y el heavy rock, «Burn». Tras los seculares problemas de los Purple, Dave inició en 1976 su carrera en solitario, para formar Whitesnake dos años después, con quienes grabaría notables discos. Retirado en EEUU, viviendo en una granja, al lado de un río, en plena naturaleza, Coverdale nos explica por qué regresa y cuáles son los motivos que le traerán de gira a Barakaldo en el mes de julio, donde presentará «Good to be bad», su nuevo álbum.

Después de una prolífica e intensa carrera, parecía definitiva su despedida. ¿Por qué se ha animado de nuevo?

Casi todo en esta vida sucede porque determinadas circunstancias se alinean favorablemente. Hace unos años, hicimos un tour para conmemorar el 25 aniversario de la banda y, aunque inicialmente pensé que aquello iba a ser algo puntual, me di cuenta de que me sentía de nuevo motivado y conmovido por el potencial individual y colectivo de la gente que tenía a mi lado. En este negocio, y más cuando no lo necesitas, no tiene sentido seguir cuando lo que haces carece de frescura, pero después de aquella gira, me vi disfrutando de nuevo y llegué a un acuerdo con el sello alemán SPV para sacar el directo «Live... in the shadow of the blues», de 2006. Ese disco, además, tenía algunos temas nuevos y la gente del sello se sintió tan excitada con la energía que desprendían, que consiguieron convencerme para valorar la posibilidad de dar forma a nuevo material de estudio y grabar un disco original de Whitesnake después de casi once años sin hacerlo. Me gusta la idea de llevar la carrera musical de Whitesnake todavía un poco más allá.

¿Qué percepciones tiene de aquel «Resstless heart», de 1997, y «Good to be bad»?

«Resstless heart» fue un disco más personal. Hubiera sido más honesto que la discográfica lo hubiera sacado bajo el nombre de David Coverdale, en lugar de Whitesnake, pero no fue así. En aquellos momentos, la música era más personal e intimista que lo que acostumbraba a componer para Whitesnake, pero el sello necesitó un reclamo adicional para tratar de vender más copias del disco sin importarles la intención que llevaba. Creo que tiene canciones magníficas, pero sencillamente, mi voluntad no fue respetada y nadie entendió mi forma de sentir en aquel momento. Son cosas del negocio musical con las que hay que vivir.

Cabe imaginar que, con el nuevo disco, reescribe mejor su historia y que la cierra o continúa de forma más adecuada que con «Restless heart».

Totalmente. «Good to be bad» es un disco de rock con grandes baladas, guitarras potentes y mucha emoción. Las canciones son perfectas para el directo y para que la gente se las aprenda desde la primera escucha. Esto fue algo que tuve muy claro. Necesitaba canciones eléctricas, honestas y directas, que llegaran cuanto antes a los fans. Creo que alguna de ellas se convertirán en un hit, como ya pasó con otras del pasado como «Here I go again» o «Is this love». Espero que el tiempo me dé la razón.

Con tantos años en la carretera, teniendo en cuenta que vive en el campo muy tranquilo, casado, con hijos, ¿qué opina su familia de la vuelta?

Ellos son mi equilibrio espiritual. Fíjate que incluso mi hijo Justin me ayudó a componer algunas canciones con su guitarra acústica. Juntos montamos estructuras de canciones y todo eso. Detalles como este perdurarán en mi corazón de por vida. En cuanto a lo de la tranquilidad del campo, puedo decirte que es el mejor lugar para relajarse y pensar en las decisiones realmente importantes que hay que tomar en la vida.

¿Tengo entendido que su mujer es un gran apoyo?

Es una pregunta muy personal, pero te voy a contestar. Mi mujer ha sido siempre una gran ayuda para mí y más en esta fase de mi vida. Ha sido un gran apoyo moral a la hora de animarme a tomar la decisión de volver a involucrarme de nuevo en primera línea de fuego dentro del negocio de la música.