Raimundo Fitero
Mensajes subliminales
Tengo que reconocer que me cuesta encontrar el hilo entre tantos números uno. Pero como acaba de decir un presidente de gobierno que «la luz subirá lo que tenga que subir», me ha inspirado porque andaba preguntándome desde hace muchos días sobre los porqué de las empresas de energía para gastarse tanto dinero en unos anuncios televisivos en los que lo que pretenden es que sepamos que nos quieren mucho, que todo lo que hacen lo hacen por el bien nuestro, en particular, y por el de la humanidad en general. Pero por lo visto, lo que intentaban era a través de esos mensajes subliminales, o directos, allanar el camino al gobierno para que subiera la luz, el gas y todo lo que sean necesidades básicas para que estos dueños de las materias primas y de sus manufacturas sigan ganando el dinero de una manera alocada.
Hay que reconocerles que los anuncios son, técnica y artísticamente, excelentes. En todos se intenta tocar la fibra con imágenes bucólicas, niños y buen rollito en general.
Sus mensajes, obviamente tienen trampa, porque ese es el sistema publicitario imperante, el que se basa en mentir de la manera más bella posible. Lo antagónico del sistema policial y político, que también se basa en mentir, pero de la manera más monstruenca posible. Uno de los anuncios que más me impresionan, por su duración, por su calidad y por su cinismo, es el que una petrolera está presentando a muchas horas en casi todos los canales, en el que nos indica que si la humanidad ha sido capaz de inventar tantas cosas, y ponen ejemplos como el arte, los aviones, la filosofía, cosas todas maravillosas, será capaz de seguir sin fastidiar más a la tierra, al globo terráqueo. Bellísimo, pero lo paga una empresa dedicada a calentar la tierra a producir derivados de los residuos sólidos y gaseosos, es decir, no se trata solamente de una contradicción, sino también de un recochineo o lavado de cara. Las eléctricas, que deben estar buscando clientela para algo financiero, se pelean por decirnos que ellos nos quieren y nos acompañan diariamente. Se les olvida decirnos que también nos empujan a la ruina con sus tarifas que ahora nos subirán.