Muy por detrás en las primarias demócratas, la ex primera dama Hillary Clinton tratará de seguir en carrera apelando a las instancias dirigentes del partido sobre cuestiones de procedimiento.

Tras las primarias del martes de Kentucky (que venció ampliamente) y las de Oregon -que perdió frente a Barack Obama-, la próxima cita no será electoral y tendrá lugar el 31 de mayo.

Ese día se reunirá una treintena de barones del Partido Demócrata en la Comisión Reglamentaria. Su tarea, debatir la espinosa cuestión de las primarias de Michigan y Florida.

El equipo de campaña de Clinton insiste en que los resultados de ambas sean incluidos en la Convención de Denver que nominará al candidato.

Clinton arrasó en ambas, aunque habían sido previamente anuladas por el partido por violación de las reglas internas.

Ninguno de los otros candidatos hizo campaña en ambas y, en el caso de Michigan, ni siquiera había papeletas para votar a favor de Obama.

Clinton insiste en adjudicarse los 105 y 73 delegados respectivos, lo que le situaría a la par en número de apoyos con su rival y senador por Illinois y le otorgaría la victoria en votos.

Los expertos auguran que el partido retrasará sine die la decisión y que en ningún caso desairará al aspirante favorito.

Hay quien apuesta por un compromiso entre ambos aspirantes que garantizaría la nominación a Obama y permitiría abandonar la carrera a Clinton con la cabeza alta.

De no haber veredicto, habría que esperar a la creación de una nueva comisión en cuanto terminen las primarias.